Mutis por el foro

Mi siempre admirado Gerardo Díaz Ferraz, filántropo que encabezó la lista de empresarios que aportaron cerca de 800.000 euros a una fundación que pagó los gastos electorales de Esperanza Aguirre en 2003, decía que la única forma de salir de la crisis era trabajar más y, desgraciadamente, que era imprescindible que los trabajadores ganaran menos.

    07 dic 2012 / 16:50 H.

    Esto lo decía hace un par de años mientras era presidente de la CEOE. Esa asociación que en ese mismo año movió 587 millones de euros, de los cuales 400 eran subvenciones públicas para cursos de formación. Supongo que Díaz Ferraz, al igual que aquellos miembros de la Asamblea General que lo eligieron, y que ahora hacen mutis por el foro, junto a aquellos que recibían sus altruistas y desinteresados donativos, no asistieron a ninguno de los cursos pagados con el dinero de los contribuyentes en los que se enseñaba a los empresarios y políticos inteligentes que la historia económica nos muestra que cuando una economía entra en crisis, hay despidos y, por lo tanto se reduce la capacidad de consumo por la falta de los salarios de los trabajadores. A menor capacidad de consumo, menores ventas y, al vender menos, se despide más o se bajan los salarios. Círculo vicioso en el que todavía nos tienen metidos.
    Porqué desde el año 1994 hasta el año 2006, cuando empezó la crisis, no paramos de perder poder adquisitivo y de ver los salarios reales, no nominales, descender en picado mientras la riqueza del país aumentó. La realidad muestra que nuestra competitividad no aumentó. Sin embargo se sigue apostando por la reducción salarial y por el empobrecimiento no solo de los trabajadores sino también de las pequeñas y medianas empresas y de la economía en su conjunto. Suprimir el gasto y el apoyo desde lo público a la actividad económica solo está beneficiando a los bancos y a las grandes empresas cuyo único interés es cobrar deuda y asegurar sus mercados. A las grandes empresas de servicios básicos (energía, banca, telefonía,…) cuyas ventas no dependen de los salarios es a las que le interesa la política del despido frente a las pequeñas que viven de las rentas de los consumidores y que generan casi un 80 por ciento del empleo en este país. Quizás nuestro gobierno debería fijar su atención en las subidas de precios que nos hacen perder competitividad y que dependen del poder de mercado de las grandes empresas. Los mercados los dominan esas empresas cuyo poder hace subir los precios o los mantienen cuando bajan los costes. Control de precios que les da beneficios extraordinarios al margen de las reglas de competencia y que nos hacen perder competitividad mientras responsables políticos y empresarios hacen mutis por el foro.

    Miguel Ángel Olivares es escritor