Mutación lingüística

La verdad es que entre los periodistas deportivos —y de los otros—, algunos políticos y muchos de nosotros nuestra lengua va sufriendo transformaciones a veces 'insufribles'. Veamos: no sé a cuento de qué el equipo de Milán, la septentrional e industriosa ciudad italiana, cuando se trata de comentar o narrar fútbol se convierte en 'Mílan', haciendo un tan impetuoso como innecesario hincapié en la i, latina como la bella ciudad.

    30 ene 2013 / 16:44 H.

    De “championsligs” prefiero ni hablar, pero sí de esa compulsiva necesidad que se observa, preferentemente entre los políticos, de convertir en ”superesdrújulas” palabras que no lo son. Trocar la responsabilidad por “la résponsabilidad”, “la confrontación” por la cónfrontacion, “lo deseable” por lo déseable y un largo etcétera Para mí que la tendencia la marcó Rodríguez Zapatero, aunque pudo ser Leire Pajín. De sinergias, puestas en valor, ocuparnos y preocuparnos, como lo de la “championslig” mejor no hablar. Mención aparte merece la súbita desaparición de nuestra lengua de los artículos determinados e indeterminados: “Decreto de Alcaldía” por Decreto de la Alcaldía. Alcaldía es la sala, el despacho del alcalde. La Alcaldía es la institución y no es lo mismo, aunque lo parezca. Como no es lo mismo estar en ayuntamiento (con hembra o varón placenteros, que dirían siglos ha) que estar en el Ayuntamiento, o Casa de la Villa (por más que en algunos se empeñen en darnos por saco). Hace unos años “guay” lo definía todo: síntoma del empobrecimiento que se avecinaba. Menos mal que Cela peleo el mantenimiento del gerundio, porque así ahora, además de estar jodidos, a veces, aunque solo sea a veces, podemos estar jodiendo.
    Empresario
    Francisco Zamora