Museo Internacional de Arte Ibero o la desidia política

Once años después de que se vislumbrara la idea de dotar a la capital y a su provincia de un Museo Internacional de Arte Ibero, la ciudadanía ha comprobado lo que, aunque por sabido, no deja de ser doloroso. Cualquier proyecto por pequeño o grande que sea se ralentiza y eterniza lo que causa un lógico descreimiento hacia los políticos jiennenses y a los nacionales que cada cuatro años prometen sacar a la provincia del ostracismo.

    17 ago 2009 / 11:32 H.

    Desde que en 1998 la Diputación Provincial pusiera encima de la mesa la idea de sacar provecho del riquísimo legado que la cultura ibera dejó en las tierras jiennenses todo lo que envuelve el proyecto fue un auténtico despropósito. Las zancadillas políticas partidistas pusieron el primer freno a la iniciativa con una dudosa pelea cuando lo que se trataba era de atraer a turistas a la capital. La lenta reversión de la vieja cárcel para la construcción del museo fue un anticipo de lo que vendría después. La falta de consenso también condicionó la elección de un proyecto que cambió en función de los vaivenes y, sobre todo, después de que las obras del aparcamiento Avenida obligaran a derribar lo que quedaba en pie de la vieja prisión.       
    Ahora, el pasado mes de julio se adelantó que el próximo día 3 de septiembre se pondría la primera piedra de este monumento a todo lo que no quieren los ciudadanos que sea la política. El que puede ser el último proyecto cuenta con un presupuesto de treinta y tres millones de euros. Son catorce más de los previstos por la consejera de Cultura, Rosa Torres, en 2005, pero se espera que si, realmente, el Museo Internacional de Arte Ibero termina de construirse dentro de tres años y medio, al menos, que contenido y continente sean un ejemplo y un orgullo para la ciudad y la provincia. Incluso entonces habrá que recordar a nuestra clase política que Jaén no se puede permitir más retrasos.