Mujeres tunecinas laicas se movilizan por sus derechos ante el auge islamista

Las mujeres tunecinas seguidoras de movimientos laicos han  comenzado a movilizarse para defender sus derechos y libertades ante  el auge islamista que atraviesa el país, plasmado en la reciente  victoria electoral del partido Ennahda.

    03 nov 2011 / 18:50 H.

    Los profesores de universidad, tanto hombres como mujeres, han  realizado este viernes un breve paro para protestar por los  comportamientos que comienzan a aflorar tras la caída del régimen de  Zine al Abidine Ben Alí. Se han quejado, entre otras cuestiones, de  las advertencias recibidas por las docentes que visten al estilo  occidental. El miércoles, unas 500 mujeres respondieron a un llamamiento  lanzado a través de Facebook y se reunieron ante las oficinas del  Gobierno, donde exigieron una reunión con el primer ministro  interino, Beji Caid Essesbi. "Estamos aquí para denunciar toda forma de extremismo y los vetos  a la libertad de la mujer", dijo una de las manifestantes, Madiha Bel  Haj, que reivindicó una Constitución que "respete los derechos de las  mujeres" y no renuncie a los avances sociales ya logrados, como el  Código de Estatuto Personal de 1956 que garantiza igualdad entre  géneros. Los principales partidos que formarán la Asamblea Constituyente,  incluido Ennahda, se han comprometido a mantener intactos los  derechos de las tunecinas, pero algunos sectores han mostrado su  desconfianza.
    El Código de Estatuto Personal, una serie de leyes progresistas  aprobadas por el primer presidente de Túnez tras la independencia,  Habib Bourguiba, prohíbe la poligamia y concede a las mujeres los  mismos derechos en cuestiones de matrimonio y divorcio que a los  hombres. Las mujeres también disponen de capacidad de decisión a la  hora de criar a sus hijos. "He venido para apoyar la idea de que el Código de Estatuto  Personal y otros derechos femeninos deberían estar reflejados en la  nueva Constitución", subrayó Mounira, otra de las participantes en la  concentración del miércoles en la capital. En este contexto, el pañuelo islámico, prohibido en escuelas y  oficinas públicas durante el mandato de Ben Alí, se ha convertido en  un símbolo de la visión que cada una de las partes tiene para el  nuevo sistema. Desde el fin de la revolución en enero, el veto al  velo quedó revocado, y mientras los movimientos laicos quieren que,  por escrito, se acuerde que nadie puede ser obligado a llevar esta  prenda, los islamistas reivindican una disposición que establezca que  quien quiera pueda llevarlo.
    La nueva Asamblea Constituyente contará con un 22,6 por ciento de  representación femenina, al nivel de la proporción registrada en  Europa, pero algunos colectivos laicos han dado la voz de alarma  porque la mayoría de estas mujeres son islamistas. En concreto, de  las 49 mujeres elegidas para esta cámara, compuesta por 217 escaños,  42 pertenecen a Ennahda. El fundador de esta formación, Rachid Ghanuchi, ha subrayado que  Ennahda aplica "el principio de igualdad" más que ningún otro partido  y que las mujeres islamistas que participarán en la Asamblea  Constituyente "lucharán por sus derechos". "Las laicas no  monopolizarán la definición de los derechos de la mujer", ha  advertido.