Mujeres tunecinas laicas se movilizan por sus derechos ante el auge islamista
Las mujeres tunecinas seguidoras de movimientos laicos han comenzado a movilizarse para defender sus derechos y libertades ante el auge islamista que atraviesa el país, plasmado en la reciente victoria electoral del partido Ennahda.
Los profesores de universidad, tanto hombres como mujeres, han realizado este viernes un breve paro para protestar por los comportamientos que comienzan a aflorar tras la caída del régimen de Zine al Abidine Ben Alí. Se han quejado, entre otras cuestiones, de las advertencias recibidas por las docentes que visten al estilo occidental. El miércoles, unas 500 mujeres respondieron a un llamamiento lanzado a través de Facebook y se reunieron ante las oficinas del Gobierno, donde exigieron una reunión con el primer ministro interino, Beji Caid Essesbi. "Estamos aquí para denunciar toda forma de extremismo y los vetos a la libertad de la mujer", dijo una de las manifestantes, Madiha Bel Haj, que reivindicó una Constitución que "respete los derechos de las mujeres" y no renuncie a los avances sociales ya logrados, como el Código de Estatuto Personal de 1956 que garantiza igualdad entre géneros. Los principales partidos que formarán la Asamblea Constituyente, incluido Ennahda, se han comprometido a mantener intactos los derechos de las tunecinas, pero algunos sectores han mostrado su desconfianza.
El Código de Estatuto Personal, una serie de leyes progresistas aprobadas por el primer presidente de Túnez tras la independencia, Habib Bourguiba, prohíbe la poligamia y concede a las mujeres los mismos derechos en cuestiones de matrimonio y divorcio que a los hombres. Las mujeres también disponen de capacidad de decisión a la hora de criar a sus hijos. "He venido para apoyar la idea de que el Código de Estatuto Personal y otros derechos femeninos deberían estar reflejados en la nueva Constitución", subrayó Mounira, otra de las participantes en la concentración del miércoles en la capital. En este contexto, el pañuelo islámico, prohibido en escuelas y oficinas públicas durante el mandato de Ben Alí, se ha convertido en un símbolo de la visión que cada una de las partes tiene para el nuevo sistema. Desde el fin de la revolución en enero, el veto al velo quedó revocado, y mientras los movimientos laicos quieren que, por escrito, se acuerde que nadie puede ser obligado a llevar esta prenda, los islamistas reivindican una disposición que establezca que quien quiera pueda llevarlo.
La nueva Asamblea Constituyente contará con un 22,6 por ciento de representación femenina, al nivel de la proporción registrada en Europa, pero algunos colectivos laicos han dado la voz de alarma porque la mayoría de estas mujeres son islamistas. En concreto, de las 49 mujeres elegidas para esta cámara, compuesta por 217 escaños, 42 pertenecen a Ennahda. El fundador de esta formación, Rachid Ghanuchi, ha subrayado que Ennahda aplica "el principio de igualdad" más que ningún otro partido y que las mujeres islamistas que participarán en la Asamblea Constituyente "lucharán por sus derechos". "Las laicas no monopolizarán la definición de los derechos de la mujer", ha advertido.