Mujer de números

Su abuelo materno fue el primer alcalde de la democracia que tuvo Arjonilla. En el ambiente de su casa siempre se respiró cierto olor a política en forma de tertulias relacionadas con la libertad, el progreso y los derechos de las personas.

27 jul 2015 / 09:39 H.

Su capacidad de observación y su espíritu inquieto la movieron a abrir bien los ojos, desde que tuvo uso de razón, para aprender a caminar por la vida con una mirada diferente a los jóvenes de su edad. Lo suyo era y son los números. Pocos le ganan en matemáticas. Lo que ocurre es que nunca pudo imaginar que, después de hacer tantas cuentas, el destino le tenía preparado un futuro lleno de oportunidades en el candelero de lo público. El martes pasado empezó a escribir un nuevo capítulo en su trayectoria. Ana Cobo Carmona se estrena como delegada del Gobierno andaluz en Jaén con la firme intención de romperse la cabeza para que los números empiecen a cuadrar en las casas de todos los jiennenses. Ardua tarea.

Linarense de nacimiento y de corazón, con ella se salda una deuda histórica con la ciudad minera. Nunca hubo un alto cargo en la Junta de Andalucía procedente del segundo municipio más grande de la provincia, un lugar de fuerte tradición socialista en las urnas que empezaba a malacostumbrarse a no ver recompensado su esfuerzo en esto de las cuotas territoriales. Ana Cobo, casi una recién llegada al partido que la aúpa hasta la Delegación del Gobierno, huye de repartos y se decanta más por los perfiles. El suyo cumple, desde luego, con el marcado por Sevilla. Una mujer joven, preparada y con estatura política por encima de lo necesario para afrontar los cada vez más difíciles retos.

En Linares, precisamente, tiene su lugar de residencia, un “centro de operaciones” desde el que planifica un día a día con una agenda de vértigo. La segunda de cuatro hermanas, la primera vez que salió de su ciudad fue para estudiar Ciencias Económicas y Empresariales en Jaén. Aplicada y trabajadora, no tuvo que esperar a encontrar faena remunerada después de abandonar la Universidad. Empezó en una entidad financiera, impartió cursos a empresarios y, gracias a una oferta del Servicio Andaluz de Empleo, logró una plaza en el Ayuntamiento de Linares, en 1998, como agente de Empleo y Desarrollo en la Oficina de Fomento. Tan alto dejó el listón que, tres años más tarde, fue nombrada directora de la Unidad Territorial de Empleo y Desarrollo Local y Tecnológico de Linares.
Su estreno en política fue en 2007. El alcalde Juan Fernández la “fichó” en su lista para que se ocupara de los asuntos relacionados con la industria y el empleo de Linares. Al principio estuvo como edil independiente hasta que, una vez abrazada la fe, se afilió al Partido Socialista.

Fue en 2013 cuando su nombre saltó a la palestra de la provincia con su nombramiento como delegada de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo. Ana Cobo, que cuenta ya con un grado de conocimiento aceptable, dijo “sí” a esta última llamada para convertirse en la tercera mujer delegada del Gobierno. Amante de la gestión, es de las que les gusta saborear las mieles de lo bien hecho y aprender con lo que no está bien. El trabajo seguirá en el centro de todas las batallas. Consciente de que agilizar proyectos estancados puede dar frutos laborales importantes, no cejará en su empeño hasta ver resultados ejemplarizantes. Así es la nueva delegada de la Junta en Jaén, una mujer enamorada de los números y de la literatura, del arte y, sobre todo, de las relaciones sociales.

Ella será la encargada de liderar un equipo nuevo de gente que aunará experiencia y frescura. Pendiente de conocer la nueva estructura, en la que prácticamente está asegurada la creación de otras dos delegaciones, el siguiente paso serán los nombramientos de quienes están llamados a luchar desde cada una de ellas. Los nombres de Rafael Valdivielso y Sebastián Quirós continúan escritos. Falta por ver si se cumplen las previsiones en las que entra algún alcalde y puede que algún exdiputado.