Mucho más que una marca
Hay marcas que representan mucho más que un nombre en sí. “El Alcázar” forma parte de la historia viva de los jiennenses, que ven en esa cerveza casi una bandera, un símbolo al que no están dispuestos a renunciar, como ya demostraron hace una década con la fuerte polémica social suscitada al cambiar el mítico letrero que coronaba la factoría de La Imora. Ahora, la zozobra vuelve de nuevo, por la noticia de la paralización de la producción. Desde Heineken España se explica que se trata de una medida transitoria mientras se negocia con la sociedad de inversión propietaria de la marca para poder continuar con el contrato de comercialización suscrito en su día, en el año 2007, cuando el Tribunal de la Competencia obligó a la multinacional cervecera a vender “El Alcázar” a unos nuevos propietarios.
En la actualidad es Sistemas Integrales Sercoll con quien se debe negociar y, si prosperan las conversaciones, sellar un acuerdo que permita a la rubia más jiennense seguir siendo parte de la vida de los jiennenses. Después de ocho años todo está en el aire, al parecer, con todo lo que ello supone de incertidumbre para una factoría que produce al año en torno a los noventa millones de litros solo en la jiennense.
En este tipo de asuntos, como en la mayoría, son primordiales la claridad en los mensajes y la información directa, para que no haya malentendidos que a nadie benefician. Por un lado, los propios empleados, alrededor de ciento cincuenta trabajadores que miran la situación con cierto temor y, por otro, los jiennenses que no están dispuestos a que desaparezca un producto que consideran santo y seña de su tierra ya desde el siglo pasado.
En la actualidad es Sistemas Integrales Sercoll con quien se debe negociar y, si prosperan las conversaciones, sellar un acuerdo que permita a la rubia más jiennense seguir siendo parte de la vida de los jiennenses. Después de ocho años todo está en el aire, al parecer, con todo lo que ello supone de incertidumbre para una factoría que produce al año en torno a los noventa millones de litros solo en la jiennense.
En este tipo de asuntos, como en la mayoría, son primordiales la claridad en los mensajes y la información directa, para que no haya malentendidos que a nadie benefician. Por un lado, los propios empleados, alrededor de ciento cincuenta trabajadores que miran la situación con cierto temor y, por otro, los jiennenses que no están dispuestos a que desaparezca un producto que consideran santo y seña de su tierra ya desde el siglo pasado.