Muchas gracias, paisano
Meditabundo, incrédulo y con la nirvana a flor de piel, recibo el borrador de la declaración de la renta. Es la primera vez en que se obra este milagro. Abro el sobre, y con la inquietud, del que gira lentas las cartas en el póker; o con la verticalidad del jugador de tute, sin prisas y en ligero desplazamiento, va enrolando la suerte del reparto. La linea continua, oros; con una abertura en el centro, copas y etcétera, todo esto remarcado en el rectángulo de 1 centímetro, que demarca el naipe. Mira que tanto rollo.
Llamé a mi hija Selene, primer bastión de lo que me queda, y me contestó muy feliz ¡papá estás muy alegre!, te he escuchado una sonrisa. Hija mía, la cuestión no es para menos. ¡Hacienda, la que me robó el pasado año 390 euros! Y se lo dije a la embajadora del embestidor Montoro, que me confirmó que mi renta era a pagar, ya que no se tenía en cuenta la merma mensual en mi nómina de incapacidad total, del 20 por ciento, pues estaba cobrando el paro. Pues sí. A devolver 0,11 euros, que combinados con la subida de la pensión 1,15 euros dan un índice como para pensar en hacer un crucero. Mientras, combatiendo el caloret, la alcaldesa que más pesa, que más cobra, que deja a 52 niños sin comer porque sus padres no han pagado el IBI, y cuya guardia y custodia está formada por 28 escoltas, y esto me lo dijo Rita. A su rebufo, Alfonso Rus, maestro en contar dentro de un coche, el dinero de una mordida., hasta doce mil euros (dos millones de peles), todo un presidente de la Diputación y alcalde de Xátiva.
Por cierto, por estos pagos, por si no lo saben estamos de elecciones. Con qué alegría se han colocado flores y macetas en La Carrera, no he visto tanta fermosura ni en el cementerio el día de los muertos. Por cierto, en la cuarta ciudad más sucia de España, Jaén, aún no nos han repartido las bolsas para la basura. No hay dinero para pagar arreglos, véase calle Almendros Aguilar, donde cayó en la puerta de su casa, Paco “la liebre” y se jodió una rodilla. Y el pastón que dicen que se van a gastar en arreglar Los Cañones. De seguro, Franco no vendrá a pescar.