Muchas bolas y pocos hoyos
Jesús Vicioso / Jaén
Pocos deportes tienen tantos clichés como el que se juega en césped recién cortado con palos de hierro y madera para meter una pelotita blanca en hoyos señalados con banderas. Abunda el topicazo de que, más que nada, ante todo es un pasatiempo de ricos o de personas elitistas. Pero lejos de trivialidades mundanas, el golf es una de las prácticas que más auge experimenta durante los últimos años, y no sólo entre personas de alto nivel adquisitivo precisamente.
Pocos deportes tienen tantos clichés como el que se juega en césped recién cortado con palos de hierro y madera para meter una pelotita blanca en hoyos señalados con banderas. Abunda el topicazo de que, más que nada, ante todo es un pasatiempo de ricos o de personas elitistas. Pero lejos de trivialidades mundanas, el golf es una de las prácticas que más auge experimenta durante los últimos años, y no sólo entre personas de alto nivel adquisitivo precisamente.
Volverá a ser olímpico en los Juegos de Río de Janeiro de 2016 —ya lo fue a principios del siglo XX—, sus instalaciones están asociadas, además de a la práctica deportiva, al turismo, a la creación de puestos de trabajo y, habitualmente, a la construcción de complejos comerciales y de ocio paralelos. Sin embargo, aún es una actividad casi desterrada y desconocida, sobre todo en rincones como el de la provincia de Jaén, que es emigrante para el mundo del golf. Algo paradójico, ya que, a pesar de que hay casi mil jugadores federados, de que cada año son cientos de jiennenses los que se adentran en este deporte y de que el desarrollo turístico es uno de las principales bazas de la expansión económica, sólo hay un campo de golf, el de La Garza, ubicado en Linares, aunque ni siquiera tiene los dieciocho hoyos habituales en este tipo de instalaciones. Por contra, en el resto de Andalucía hay casi un centenar de terrenos de juego.
La falta de otros lugares en los que darle a la bola blanca es la principal queja de todos aficionados. Y es que el “boom” de los campos de golf, que tanto se extendió en la última época del esplendor de negocio del ladrillo en España, nunca llegó a materializarse en Jaén. Si bien durante el último lustro se realizaron numerosas consultas administrativas para barajar la edificación de nuevas instalaciones, la realidad es que pocos proyectos llegaron ni siquiera a redactarse.
Varios promotores preguntaron a la Junta, en los últimos años, acerca de posibles construcciones golfistas, pero no pasaron de ahí. Algo más lejos llegó la propuesta de Úbeda, iniciada por el antiguo equipo del PP-PA, a finales de la pasada legislatura. Sin embargo, con la llegada de los socialistas al poder, la moción aprobada entonces quedó suspendida, ya que Marcelino Sánchez y sus concejales vieron inviable, tanto económica como medioambientalmente, el campo ideado. Otro proyecto iniciado por una Corporación en el anterior mandato fue el de Beas de Segura. La Junta concedió al Ayuntamiento una subvención para crear un sitio público de nueve hoyos, pero la ayuda se aparcó para ampliar el proyecto con iniciativa privada. El Consistorio beatense solicitó, recientemente, la modificación del plan para declararlo de interés social. En Marmolejo, se trabaja aún en el propósito de crear un complejo, impulsado por una empresa privada, que incluiría, además, viviendas y hoteles, lo que generaría cientos de empleos. Más desarrollado está el plan de Santo Tomé, en el paraje de la Fuente del Roble. Es también una iniciativa privada y cuenta con el respaldo municipal. Se trata de un campo de dieciocho hoyos, dos lagos y hoteles rurales en un espacio de ochenta y cinco hectáreas. Los promotores están a la espera de que la Agencia Andaluza del Agua otorgue una concesión para el suministro acuífero. Este apartado, el del gasto hídrico, es uno de los principales inconvenientes; por ello, el proyecto tometense incluye almacenamiento de agua.
De todos los planes, el que más visos tiene de prosperar próximamente es el que promueve la familia Rentero, a través de la empresa Pradolivo, en la finca El Chillón de la capital. Luis Rentero, representante de la promotora, afirma que el proyecto está a la espera de la declaración de interés turístico. Se construiría, además del campo de dieciocho hoyos, cerca de quinientas viviendas y centros hosteleros y comerciales que generarían más de mil empleos en Jaén. “Llevamos más de seis años trabajando en esto. Si obtenemos todos los permisos necesarios cuanto antes, las obras empezarían rápidamente”, manifiesta Rentero. Sin embargo, en el tiempo en el que esta empresa aguarda los correspondientes permisos, en las provincias adyacentes a la jiennense se han construido media decena de instalaciones. El único lugar existente en Jaén para la práctica golfista, el parque linarense de La Garza, no da abasto para la altísima demanda que tiene. De hecho, los fines de semana es prácticamente imposible jugar si no hay reservas hechas. El año pasado, hubo más de 30.000 salidas al campo del complejo de la Junta de Andalucía, que tiene previsto, desde hace años, su ampliación de nueve a dieciocho hoyos. “Nuestro objetivo es promocionar este deporte y hacerlo aún más cercano”, destaca la directora, Carmen Díaz. “Hace tiempo que la provincia debería de tener más sitios para jugar”, reclama Sebastián Moya, presidente del Club de Golf de Jaén. “Este deporte es cada vez más popular, pero para continuar con su expansión, es necesario que haya nuevos campos. El mayor costo del golf es tener que desplazarse hasta el lugar en el que practicarlo”, añade Moya. La misma petición formula el resto de jugadores de la provincia. También quieren que haya más campos de golf los empresarios y las administraciones públicas. La propia Diputación incluye en planificación estratégica para la promoción de la oferta turística en la provincia la construcción de un complejo de veintisiete hoyos mediante la búsqueda de inversión privada. El presidente de la Federación Empresarial de Turismo y Hostelería de la Provincia y de la Cámara de Comercio de Jaén, Luis Carlos García, también reclama más recintos golfistas. “A diario estamos perdiendo visitantes de Jaén por tener esta grave carencia. Los propios hosteleros tienen que indicar a sus clientes campos de Granada o de Málaga para que jueguen al golf, y esto es una inmensa pérdida de ingresos”, esgrime García.
Las notas negativas de los campos de golf son su impacto medioambiental o los recursos necesarios para su mantenimiento. “Están planteando un complejo para Jaén cuando la capital está al límite de sus recursos hídricos”, asevera Javier Ramírez, de Ecologistas en Acción.
A pesar de los intereses encontrados de deportistas y empresarios frente al de los ecologistas, lo cierto es que, con todo, la provincia jiennense sólo tiene el uno por ciento de las instalaciones golfistas de Andalucía y es una de las que menos recintos dedicados dispone. Con el tiempo se verá si, finalmente, hay más o menos hoyos.