Movilización sin precedentes para viajar a Socuéllamos

La “marea azulilla” se prepara para la mayor movilización de aficionados de la historia reciente del Linares. En apenas dos horas, el club completó trece autobuses y confía en ampliar esa cifra hasta acabar con las 1.500 entradas comprometidas por el Socuéllamos. No fue un día fácil en las oficinas del Linares Deportivo.

10 jun 2014 / 22:00 H.

Los aficionados azulillos comenzaron a hacer cola ante las puertas de la sede a primeras horas de la mañana. Sin embargo, la ausencia de noticias sobre el número de localidades disponibles para el Linares y la colocación de gradas supletorias provocó el desencanto entre los cientos de seguidores que regresaron a casa sin entrada y sin saber si viajarían.

La catarsis llegó pasadas las seis de la tarde cuando la junta directiva azulilla recibía confirmación oficial por parte de su homóloga de que contaría con 1.500 boletos para el partido de ida de la final por el ascenso a Segunda B. Las reservas volaron rápido y, en apenas tres horas, la entidad había cerrado trece autobuses, todos ellos bonificados por la Diputación Provincial, por lo que el precio de la entrada más la plaza de autocar sale a veinte euros.


El Linares tiene claro que a este ritmo es más que probable que las 1.500 entradas estén vendidas antes del sábado. A los aficionados que se desplazarán desde Linares se suman otros que lo harán, como ya ocurrió en Vallecas y en Terrassa, desde otros puntos deEspaña, como Madrid, Zaragoza, Valencia y Albacete, aunque estos corren peligro de quedarse sin localidad, puesto que el Socuéllamos espera acabar con el papel restante hoy. “Será un lleno histórico”, exclamó el presidente del club ciudarealeño, Jordi López, quien justificó el precio de 15 euros por el coste que supone la colocación de gradas supletorias para acoger a la “marea azulilla”. “Todo esto lo hacemos por la afición del Linares. Lo fácil hubiera sido mandar cien y dejarnos de follones”, dice el mandatario socuellamino.


amor. La ida de la final en el Estadio Paquito Jiménez es una de esas ocasiones irrepetibles que se prestan a hacer esfuerzos, pese a que lo habitual en plena crisis es que el miedo contraiga el gasto. Tras este fenómeno se halla el “amor incondicional a los colores del Linares”, subraya el vicepresidente, AntonioFernández Quero, quien, después de trabajar más de ocho horas, dedicó otras tantas a atender la demanda de los hinchas.