Monterde, un defensa que marcó época

José R. Casado /Jaén
Fernando Monterde militó en el Real Jaén de 1974 a 1980. Seis temporadas que sirvieron para que el defensa central marcara época, después de vivir un ascenso a Segunda A y acariciar otro a Primera División. El ex futbolista no olvida sus años en Jaén y visitó la capital para reencontrarse con antiguos compañeros y amigos.  

    07 dic 2009 / 11:44 H.

    Fernando Monterde Estévez (Granada, 1949) llegó al Real Jaén en la campaña 74/75 procedente del Xerez Deportivo. Formado en las categorías inferiores del Atlético Baleares, sentó cátedra como central durante seis  temporadas y casi 200 partidos. Dejó una profunda huella en la capital. “Fue un grandísimo jugador. Tenía jerarquía en defensa e infundía respeto en los delanteros contrarios”, asegura Juan Murgado, masajista del club durante 29 años y organizador del encuentro en la Taberna El Chato.
    Monterde, que en la actualidad trabaja como comercial de alimentación en Palma de Mallorca, logró el ascenso a Segunda A en su segundo año en la entidad y formó parte de la histórica plantilla que estuvo a un paso de subir a Primera División en la campaña 1976/1977. El granadino todavía suspira al rememorar aquel fatídico encuentro con el Levante en el antiguo campo de La Victoria. “Nunca lo olvidaré. Flores falló un penalti y Magdaleno nos metió el 0-1 en el último minuto”, dice. Y Murgado explica: “Al final subieron el Sporting de Gijón, el Cádiz y el Rayo Vallecano”. El Real Jaén concluyó en la cuarta plaza, con 43 puntos, 5 positivos y la miel en los labios. Han pasado décadas y ambos relatan el partido como si hubiera sucedido ayer. “Fue un palo, pero los recuerdos son innumerables. Me quedo con el compañerismo existente en el equipo, éramos una piña”, evoca Monterde. “Nunca vi mejor ambiente en un vestuario, y he conocido muchos”, apostilla Murgado.
    Entre las miradas al pasado afloran algunos marcajes históricos realizados por el granadino. Murgado hace hincapié en un duelo en La Victoria con Enrique Castro, “Quini”, por aquella época en el Sporting. “Fue espectacular, no lo dejó respirar”, dice, y Monterde repite con orgullo las palabras que le dedicó “El Brujo” al final del choque. “Me dijo que lo avisaron de que era muy duro y que le sorprendió mi forma de defender. Me felicitó por mi actuación y por la victoria”, asegura, y entonces cuenta el órdago: “Le respondí que tuvo suerte de que no le llegaran muchas pelotas”.
    No sólo Quini sufrió en sus carnes aquellos férreos marcajes. “En un amistoso con el Atlético de Madrid también logré contener a Ayala, o a Orozco, del Valencia”, añade, y acto seguido dirige la mirada a Francisco Sastre Simonet, “El Magra”, amigo y principal mentor en sus comienzos en el Atlético Baleares, equipo en el que puso fin a su carrera deportiva en 1983. “Él me inculcó la pasión por el fútbol y el arte de defender. Así que merecía  una visita a Jaén. Quería que disfrutase de uno de los mejores rincones de España”, recalca Monterde, que ayer regresó hacia Palma de Mallorca envuelto en la satisfacción que produce el reencuentro con compañeros de lejanas y gloriosas batallas, como Juan Díaz Reina, Antonio Cruz, “Toto”; Juan Ramón Sánchez, “Zurito”; Machado, Rafael Huertas, Sánchez Amezcua o Jacinto Barroso. “Es un orgullo que la gente se acuerde de mí después de tantos años. Llevo al Real Jaén y a la ciudad en el corazón”. Palabras de un trozo de historia del club.