Miserias

Desde JAÉN. Podríamos decir que este ha sido uno de los temas centrales del papa Francisco en su reciente mensaje para la Cuaresma. También en sociedades desarrolladas no faltan personas y familias que viven de manera pobre y bastantes de forma mísera, porque “La miseria no coincide con la pobreza; la miseria es la pobreza sin confianza, sin solidaridad, sin esperanza”. La pobreza o la riqueza en sí mismas no tienen por qué ser malas. La historia está llena de personas que han vivido de forma feliz y ejemplar en uno y otro sentido, muchos de ellos imitando a nuestro Señor Jesucristo, siendo ricos, se hicieron pobres para enriquecer a muchos pobres. El Papa Francisco distingue “tres tipos de miseria: la miseria material, la miseria moral y la miseria espiritual. La miseria material es la que habitualmente llamamos pobreza y toca a cuantos viven en una condición que no es digna de la persona humana. No es menos preocupante la miseria moral, que consiste en convertirse en esclavos del vicio y del pecado. ¡Cuántas familias viven angustiadas porque alguno de sus miembros —a menudo joven— tiene dependencia del alcohol, las drogas, el juego o la pornografía! Esta forma de miseria, que también es causa de ruina económica, siempre va unida a la miseria espiritual, que nos golpea cuando nos alejamos de Dios y rechazamos su amor”.

 

    18 mar 2014 / 23:00 H.