Mis recuerdos de feria
La llegada de la feria me hace volver a mi infancia, cuando mis padres con cinco hijos hacían lo posible, a duras penas, para que disfrutáramos de los cacharricos, y de los primeros perritos calientes que recuerdo comer y que se vendían en un carrito, donde descubrí que el ketchup y la mostaza no me gustaban. Como hablo de recuerdos, también recuerdo llorar ante los cabezudos, ir a la feria del ganado que ya no existe, o comerme el canuto del vino dulce de esos señores que se movían como haciendo que lo molían pero que realmente eran muñecos. Todo esto es para decir que mis recuerdos están en mi madre y que no me soltaba de su mano, y entre otros millones de recuerdos está el vestido de feria que me hizo con tanto amor y que lucí cuando en los ochenta se llevaba el flequillo escaldado y yo parecía un bicho raro vestida de faralaes.
Pero hace pocos días nos dejó mi linda madre y solo quiero decir que todo se lo debo a ella, y por eso me vuelvo a mi barrio donde ella me hizo ser quién soy. Como eres un Ángel espérame en el cielo Madre mía.
Pero hace pocos días nos dejó mi linda madre y solo quiero decir que todo se lo debo a ella, y por eso me vuelvo a mi barrio donde ella me hizo ser quién soy. Como eres un Ángel espérame en el cielo Madre mía.