Militantes de IE toman drogas antes de asesinar

Milicianos de Estado Islámico drogados con anfetaminas perpetran a diario violaciones y decapitaciones en la ciudad siria de Kobani, en la frontera con Turquía, de dónde miles de kurdos han escapado de las atrocidades de los guerrilleros, según recoge Europa Press.

20 oct 2014 / 10:40 H.

 

“Son animales. Son inhumanos. Tienen una sed de sangre como no he visto nunca”, expresó Ekram Ahmet, integrante del éxodo kurdo, que consiguió escapar de la ciudad hace seis días con su mujer y sus cinco hijos, al diario británico “Mirror”. El colapso de la infraestructura estatal, el debilitamiento de las fronteras y la proliferación de grupos armados durante los casi tres años de conflicto, ha transformado a Siria en un importante centro de producción de drogas, en especial de Captagon, una sustancia “cuya producción es barata y sencilla porque solo requiere conocimientos básicos de química”, según el psiquiatra libanés Ramzi Haddad.

“Tienen un montón de pastillas”, explicó Ahmet. “Se pasan todo el día tomándolas. Se ponen agitados y se desesperan por castigar a los niños a la mínima que hagan”, añadió. El uso de las drogas se extiende tanto entre los milicianos como entre los propios civiles —se pueden conseguir por cinco dólares, unos tres euros— y adquiere un cariz dominante en el conflicto.
Por ejemplo, el responsable de Estado Islámico de las ejecuciones de los periodistas internacionales, el conocido como “John el Yihadista”, parece estar bajo los efectos del jat, una planta con efectos psicotrópicos, según indicó en su momento un analista de audio al diario británico ‘The Times’.

En el caso de Kobani, el captagon parece ser la droga favorita del Estado Islámico. No solo perpetran las matanzas bajo sus efectos, sino que también operan drogados cuando reciben órdenes de enfrentarse con las milicias kurdas para expandir su territorio a lo largo de la frontera con Turquía.