Miliki

Fernando Cuesta Garrido  desde Jaén. Un profesional del humor, un clown, una persona consagrada a su profesión está viajando hacia la eternidad. Nos ha dejado, se ha marchado en silencio y discretamente uno de los hombres que dedicó buena parte de su vida para que fuéramos más felices. Miliki (Emilio Aragón) fue y seguirá siendo el símbolo, el icono de la alegría, del buen humor. Nos enseñó ha dibujar una sonrisa. No cabe duda que tuvo un maestro del humor excepcional.

    20 nov 2012 / 16:57 H.

    De Buster Keaton aprendió secretos del humor para que la vida nos resultara menos dura. Nos ha dejado uno de los payasos de la tele. Desde 1966, junto a Gabi y Fofó comenzaron su carrera en nuestro país. Una carrera cuyo objetivo era muy difícil, pero que lo consiguieron: hacer felices a todos y en especial a los niños. Nunca olvidaremos aquellas sobremesas en las que Miliki y su familia, Gabi y Fofó, nos hacían reír con sus “payasadas”, con su ingenio y buen gusto. Con su labor reforzaban valores que hoy se encuentran desactivados. El espectáculo que diseñaba para todos los públicos, y en especial para los niños, indicaba claramente que el respeto a los demás es un pilar en la vida. De igual manera su espectáculo subrayaba de forma intensa que los más jóvenes debían obedecer a sus padres y maestros. Un mensaje que desafortunadamente a día de hoy no se encuentra en lo más alto de la escala de valores. A lo largo de su carrera diseñó junto a sus hermanos canciones inolvidables. “Susanita tiene un ratón”, “La gallina Turuleta”, “Hola Don Pepito. Hola Don José”. Además españolizó el cumpleaños con la canción “Feliz cumpleaños”. La herencia que nos deja es una mina de diamantes, un tesoro de incalculable valor. Nos ha enseñado que de la filosofía del compromiso con las personas nacen frutos extraordinarios. Nos deja en el ambiente la generosidad de su trabajo para que la vida nos resulte más fácil. Nos ha regalado el esfuerzo para que la sonrisa y la carcajada nos invadan. En definitiva nos ha regalado su cariño, que no olvidaremos. ¿Cómo estais ustedes? Bien.