Miles de trabajadores tributan al mismo tipo que una multinacional
¿Cómo puede tributar una empresa que ingresa 1.000 millones de euros cada año al mismo tipo que un 'currante' que se levanta a las ocho de la mañana y está en su empresa hasta la noche? Parece ilógico, pero ocurre. El gravamen del impuesto de sociedades es muy similar al IRPF.
Está claro que no abonan el mismo dinero a las arcas públicas, aunque sí la misma parte de sus ingresos.
Está claro que no abonan el mismo dinero a las arcas públicas, aunque sí la misma parte de sus ingresos.
No obstante, no parece “justo” que tenga que pagar el mismo porcentaje a la Agencia Tributaria un jiennense que recibe en nóminas 33.000 euros al año —con los que tiene que hacer frente a los gastos de sus niños, hipotecas, comida y otros de consumo diario— que una compañía multinacional que ingresa más de 1.000 millones cada ejercicio. Sin embargo, ahora mismo ocurre.
Un contribuyente con una base imponible de 33.000 euros tributa por el IRPF un tipo efectivo del 16,3%. En cambio, una multinacional que ingresa 1.000 millones al año paga alrededor del 17% por el impuesto de sociedades —como media—. Precisamente, este tributo que se aplica a los negocios se caracteriza porque cuenta con grandes diferencias entre el gravamen nominal y el efectivo o, dicho de otro modo, lo que debe pagar y lo que, luego, en realidad abona después de beneficiarse de las deducciones fiscales. Sin embargo, la diferencia no está solo entre las multinacionales y los jiennenses que viven de la renta del trabajo, sino también entre las grandes compañías y los pequeños establecimientos jiennenses, que pagan un tipo más alto porque no son capaces de desgravarse tanto como las grandes sociedades.
Los motivos. Formalmente, el tipo —el porcentaje— es progresivo, por lo que, en teoría, los que más ingresan aportan a las arcas públicas un “trozo” mayor de su “tarta”. En cambio, las múltiples deducciones que tienen las grandes sociedades hacen que, al final —con buenos expertos fiscales—, se invierta la tendencia. De hecho, una pequeña compañía jiennense —menos de 6 millones de ingresos— tributa al 20%, mientras que las multinacionales se quedan en el 16,9% —pese a que parten del 30%—. La exministra de Economía Elena Salgado ya intentó atajarlo, aunque nunca lo concretó en una ley. Ahora, el nuevo Gobierno quiere materializarlo con el Plan General de Control Tributario. Entre otras medidas, se plantea que el préstamo de dinero entre empresas del mismo conglomerado —lo que supone gastos financieros— represente una deducción fiscal, que es una vía por la que baja el porcentaje de recaudación. No obstante, mientras llegan las reformas, las pequeñas empresas jiennenses y los trabajadores pagan el mismo tipo que las grandes compañías.
Enrique Alonso /Jaén