Miguel Caiceo traslada a su pintura la alegría de vivir

Cierto día, el humorista Miguel Gila “profetizó” a su tocayo Caiceo: “Dentro de 30 años te seguirás vistiendo de Doña Paca”, y en ello está, porque el personaje, cada año, suma nuevos públicos. Pero Miguel Caiceo tiene otras facetas igual de sorprendentes que la humorística, la de pintor. Estos días expone sus cuadros en la Antigua Cárcel de Begíjar.

    06 abr 2012 / 07:48 H.

    La pintura siempre ha sido una de las pasiones de Miguel Caiceo, pero hasta hace un par de años no se decidió a cultivarla con la entrega que la noble arte requiere. Si alguien cree que es un advenedizo de esa disciplina, se equivoca, pues Caiceo, desde hace tiempo, es un coleccionista empedernido de arte y posee obras de los mejores pintores contemporáneos, muchos de ellos amigos suyos, y otra colección de escultura barroca. Una pasión  que desarrolló cuando regentaba, décadas atrás, una tienda de antigüedades en el Rastro madrileño, lo que le obligó a formarse convenientemente y a afinar la puntería y el olfato para saber discernir si lo que tenía delante era antigüedad u obra de arte. “Para mí —dice—, la pintura era una asignatura pendiente. Quería expresar lo que yo sentía y empecé  a dedicarle a la pintura todo el tiempo del que disponía y fueron mis amigos pintores los que me animaron para exponer”.
    Miguel Caiceo posee, desde hace tiempo, una casa en Begíjar, en la que apartarse del mundanal ruido, y no ha querido dejar pasar la oportunidad de mostrar su creación artística a sus “paisanos” jiennenses. Lo había hecho antes en otras capitales andaluzas con gran éxito ya que vendió prácticamente toda su producción. El año pasado fue pregonero de las fiestas de Begíjar y, cada vez que puede, acude a “su pueblo” a relajarse. “Mi relación con Begíjar —comenta— comenzó a raíz de mis visitas, los fines de semana, a un pintor amigo mío, Antonio Montiel, que tenía su taller en el pueblo”.  
    El estilo pictórico en el que le gusta expresarse es la abstracción, aunque no desdeña acometer, si la ocasión lo requiere, otras áreas como la figuración (desnudo femenino), el bodegón o el paisaje. “Me vuelven loco las vanguardias y hago una abstracción muy andaluza, con colores vivos en los que está el verde de los olivos de Jaén y de sus sierras”. En todo caso, los cuadros que expone en la Antigua Cárcel, desprenden alegría y positivismo. Ignacio Frías / Jaén