Midnight in Paris.- Abulia en la ciudad de la luz
Por Nuria López Priego
Ningún tiempo pasado fue mejor. Esta idea, convertida en moraleja, transita por los cien minutos de la última película del prolífico Woody Allen, Midnight in Paris.
Ningún tiempo pasado fue mejor. Esta idea, convertida en moraleja, transita por los cien minutos de la última película del prolífico Woody Allen, Midnight in Paris.
Un panfleto turístico y publicitario en la línea de VickyCristinaBarcelona que arranca con cinco insidiosos minutos de sucesivas postales de una de las ciudades más bellas del mundo, pero también de una urbe que, gracias a su superficie, a su historia y a su diversidad racial y cultural es algo más que el escenario de tópicos manidos que presenta el inteligente y genuino creador de películas de culto, como Manhattan, Annie Hall o Balas sobre Broadway, la inquietante y azarosa Match Point o la más reciente y divertida Conocerás al hombre de tus sueños.
Superados esos cinco minutos de metraje panfletario, llega el acostumbrado desfile de estrellas que rebajan su caché para trabajar con un Allen al que, esta vez, ni siquiera se le ha resistido la “primerísima” primera dama francesa, Carla Bruni, en una aparición presuntamente estelar que se reduce a poco más de tres minutos totalmente accesorios de simple corrección y pura diplomacia.
Un Owen Wilson reducido a prolongación física y psicológica de Woody Allen, una teñida de rubia Rachel McAdams como su novia infiel, o la oscarizada y dulce Marion Cotillard son algunos de los alicientes de una película en la que, sin embargo, lo más destacable es el surrealista y envidiable viaje a los gloriosos años veinte que el protagonista realiza, cada medianoche, en su deambular perdido por las calles de la ciudad de la luz. Gracias a la magia del cine, el escritor indeciso e insatisfecho al que interpreta Wilson puede intercambiar opiniones de literatura con Ernest Hemingway, beber champán con Scott Fitzgerald y su alocada, egoísta y amada Zelda, o tomar un trago de absenta con un Dalí al que da vida, de forma inolvidablemente cómica, el siempre solvente Adrien Brody. Sin duda, lo mejor de una “folletinada” audiovisual, descafeinada y totalmente prescindible, incluso para pasar el rato.
Midnight in Paris
Director: Woody Allen
Protagonistas: Owen
Wilson, Marion Cotillard