Mi pueblo de Úbeda

Aquel pueblo de mi infancia, cuando corría por aquellas callejuelas, plazas y paseos, cuando iba a la plaza del mercado, llena de gente, con aquel pescado tan fresco, que traían aquellos camiones desde Málaga los hermanos Povedas, aquellos hortelanos que subían de las huertas aquellas hortalizas tan frescas. Las tienda de comestibles pequeñas cuando venía la noche con las calles con ese alumbrado tan opaco, con el cielo estrellado, aquella banda de música los domingos, aquellos bailes, en el invierno por las calles el olor a matanza, que iban a por la vejiga del marrano los niños para jugar con ella.

    26 ago 2014 / 18:05 H.

    Aquellos aceituneros por los caminos de noche, hasta que decían los aceituneros, “ya traspone el sol por los cerretes y al bolsillo del amo le dan tembleques”. La Semana Santa que mucho luchaban por ella, aquellas cofradías, aunque eran un poco pobres. Hoy con el progreso, ha cambiado mucho mi ciudad de Úbeda, estaré hablando de ella hasta que mi lucidez sea correcta, que por algo mi ciudad es reconocida por toda España y demás países, cuando decimos “ya te has ido por los Cerros de Úbeda”.