
—Uno de los que persigo en esta oportunidad, de una etapa complicada pero ilusionante, es que hay que completar la excelencia de lo que tengo con lo que se ofrece. Atraer nuevos turistas y lograr la fidelización de los nuevos visitantes. Hay que mantener a los que ya nos eligieron en sus destinos habituales y aprovechar para atraer a quienes se animen a visitarnos por primera vez. Entonces, dirigiré ese esfuerzo a la puesta en marcha de productos singulares e innovadores, llámense cinegéticos, gastronómicos o culturales, que introduzcan un nuevo atractivo que establezca sinergias con las ya existentes y ponga en valor las oportunidades del territorio para así consolidar y dinamizar la oferta.
—¿Cómo pretende lograr estos retos en turismo?
—Ante todo hay que aprovechar estas sinergias que se producen en las tres áreas que voy a llevar. Mi prioridad es la generación de empleo, que es el primer motivo y la misión de mi paso por esta delegación. Al llevar deportes, una forma de impulsarlo como elemento de promoción turística es con la innovación social y el desarrollo económico, pues el deporte contribuye a ello con la sinergia entre el turismo, los medios de comunicación, con la industria del ocio y del medio ambiente. Por lo tanto, nos tenemos que plantear esos paquetes turísticos, desarrollando distintos instrumentos de planificación y estrategia de márquetin suficiente para llevar todas las posibilidades y recursos que tenemos con esos productos gastronómicos, culturales… a lo largo de los mercados como Madrid, Valencia e internacionalizar la difusión, que creo que ya lo estamos haciendo. Ahora, tenemos que recabar lo que ya hemos hecho.
—¿Cómo unirá estos paquetes?
—Es que todo va enlazado. Por ejemplo, con el Museo Ibero, que tiene que ser ese punto de donde debe partir el “Viaje al tiempo de los iberos” y que es ya está consolidado como producto gracias a la Diputación y a la Junta. Yo ahí no solo tengo especial interés por llevar cultura, sino por el enlace con turismo como causa de ese desarrollo, y no como consecuencia, de generación de riqueza para ese sector turístico. Pretendo que ese museo sea el icono que va a definir a la provincia cultural y turísticamente. Junto con nuestra Catedral, Úbeda y Baeza, como ese producto ya consolidado y maduro gracias a la inversión realizada a las dos consejerías. Eso sí, preservando el patrimonio para las generaciones futuras, haciendo turismo sostenible, generador de empleo y al que la cultura aporte esa innovación, creatividad, investigación y ese talento de oportunidades. El interés, para mí, es doble. Pues tengo que lograr la cohesión territorial, superar ese desequilibrio cultural que hay entre los ciudadanos con esa mirada singular a los que habitan en el medio rural.
—¿Tiene en mente iniciativas concretas entre deporte y turismo?
—Me gustaría enlazar Cástulo con la Garza y preparar una maratón. Y ya no solo por lo que revertiría en Linares o en la zona, pues esos atletas vienen con sus familias.
—¿Es suficiente la difusión del oleoturismo en la provincia?
—Es un tema que debemos poner en valor porque las almazaras no deberían tener esa estacionalidad en el tiempo. Es cierto que tenemos que aprovechar esos edificios que ya están, para que su uso no sea solo de septiembre a febrero, sino que podamos hacer esa ruta desde la cata de aceite, cómo se recoge el fruto y hacer al visitante partícipe dentro de ese turismo rural. Tenemos que lograr que con este tipo de turismo se rompa la estacionalidad. Esto ya está creado, solo tenemos que ponerlo en valor y creernos que nuestra provincia tiene las posibilidades que se merece fuera y dentro.
—¿Destinará la Junta en sus presupuestos alguna cantidad concreta a la Catedral?
—Esto le corresponde al Ministerio. Llevamos años en los que no se ha ejecutado nada, pero que si ahora se habla de 65.000 euros, pues bienvenidos sean pero que sean para la Catedral y acabemos con esta polémica, pues lo que tenemos que hacer es poner el templo a disposición de ciudadanos y visitantes. Lo importante es aunar esfuerzos.