Messi le da la Liga al Barcelona en el Calderón (0-1)
El FC Barcelona ha recuperado este domingo el trono de campeón de la Liga BBVA, el quinto en las últimas siete ediciones, 735 días después al lograr una victoria en el Vicente Calderón ante el Atlético de Madrid (0-1), que ha cedido el testigo de vigente campeón para recoger el de futuro aspirante, en un partido que Leo Messi resolvió y que obliga a los rojiblancos a puntuar en la última jornada al Granada si quiere aferrarse a la tercera plaza por delante de un Valencia que empató contra el Celta. Con 93 puntos en su casillero y aventajando al Real Madrid - que ganó al Espanyol en Cornellá - en cuatro a falta de una jornada más para echar el telón al campeonato doméstico, el Barça ha cantado el alirón lejos de su gente en la primera temporada con Luis Enrique en el banquillo, firmando 30 triunfos, tres empates y cuatro derrotas y con un balance de 108 goles a favor y tan solo 19 en contra. De esta manera, adornan las vitrinas de Can Barça con el vigésimo tercer título liguero en sus 115 años de vida. Mientras, con este pinchazo, los de Simeone están obligados a sumar, al menos, un punto en la última jornada contra el Granada en el Nuevo Los Cármenes después del empate cosechado por el Valencia en casa contra el Celta de Vigo. Mantiene tres puntos de ventaja pero tiene perdido el 'golaveraje' particular, por lo que un hipotético empate a puntos daría la tercera plaza, de acceso directo a la 'Champions', a favor del equipo entrenado por Nuno Espirito Santo. El destino, caprichoso con todos sus desenlaces, los ha querido nombrar una vez más jueces de la Liga un año después que el Atleti se proclamara campeón en el Camp Nou. Simeone planteó un partido bien diferente al de la vuelta de la Copa del Rey, donde salió a matar a campo abierto y acabó agonizando. Renunció a la pelota y acabó por realizar una maratón de resistencia corriendo detrás de los culés sin un sentido definido. Encontró algo de lógica a balón parado, donde llegaron un par de ocasiones que Claudio Bravo desbarató. Más allá, el Atlético se dedicó a no resquebrajar sus desgastadas costuras.
