Mengíbar. El mágico despertar para el rosario
La Cofradía de Nuestro Padre Jesús volvió a acudir a las puertas de las casas de cada uno de sus hermanos para invitarlos al rosario de la aurora con antiquísimas coplas acompañadas por el sonido ronco de las guitarras. Fe e historia caminan de madrugada para un despertar con algo de magia.
En medio de la profunda noche se escuchan unos cantos especiales que rompen con cariño el silencio y la tradición cobra vida desde el pasado fin de semana. “Los hermanos tienen el cuidado /de andar por las calles para despertar /y sus voces entran en el Cielo /haciendo armonía por la ´madrugá”, dice uno de los solistas, mientras que el coro de la comitiva cofrade responde con un profundo estribillo que resuena por todo el pueblo desde las puertas de cada uno de los cofrades. “Hermano!”, añaden, y el hermano sale a dar los buenos días. Llamado para el rosario, quedan otras decenas de casas en las que cantar para invitar a acudir al rezo del rosario que comienza, a las siete de la mañana, en el templo de San Pedro Apóstol, aunque después se traslada a las calles para regresar a la iglesia cuando ya se hace de día.
Por la noche, y después de la misa de hermandad, el Señor con la Cruz a cuestas, el Cirineo y la Verónica procesionaron por el nuevo recorrido instaurado por la cofradía del Nazareno en la pasada Semana Santa. Al igual que meses atrás, el paso de la Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús volvió a salir a hombros gracias a los cuarenta jóvenes que se han incorporado a las filas del grupo religioso.
La de Jesús Nazareno ha sido la primera en “munir”, como así se conoce en Mengíbar a la llamada para el rosario de la aurora, a sus miembros, pero ahora les toca el turno a la Virgen de los Dolores —esta semana—, la del Carmen y la del Rosario, aunque el rezo matinal ya ha sido organizado por las hermandades de Fátima y de La Morenita. Esta tradición, una de las más típicas de cuantas se celebran en la ciudad, recoge el testigo de la fe popular de los vecinos en el arranque del nuevo curso religioso.
Jesús Vicioso Hoyo / Mengíbar