Melchor Mesa y “el futuro”

No sabe cuántas veces ha pintado la Catedral de Jaén en su medio siglo con los pinceles entre las manos. Si dice mil, probablemente, asegura, se queda corto. La ha hecho hiperrealista, “borracha” con sus torres tambaleantes, perdida en el olivar y varada en “Jaén puerto de mar”. Melchor Mesa es uno de los cientos de artistas para los que la Catedral es musa pero, probablemente, sea uno de los que más ha jugado con ella y la ha colgado en cientos de hogares y locales de la ciudad y repartida “por el mundo entero”.

25 oct 2014 / 08:57 H.


Ahora, algunas de sus “catedrales” se pueden encontrar en la exposición que ayer se inauguró en el patio central de la Residencia Condes de Corbull, apenas a unos metros del templo renacentista de Andrés de Vandelvira. Pero no es una exposición “normal”. “Quise invitar a tres pintores más, nuevos, para mostrar su talento”, defiende Mesa. “Son futuras generaciones, muy buenos, cada uno en su estilo”. Este “futuro” para él son Manuel Poisón, al que define como “increíble”. “El día que saque su espiritualidad romperá con todo. Apuesto por él”, dice. También expone Migue Fernández, “Miky”, varios retratos coloristas, con un aire pop-art. De él, Melchor Mesa define el “perfeccionismo” de sus figuras, de sus retratos. Y completa este plantel de pintores de invitados Julio de Dios Luque. “Me recuerda mucho cuando yo empecé a pintar, es muy completo. No deja de investigar y buscar en sus obras”, destaca de este autor que también refleja sobre el lienzo paisajes y estampas urbanas de Jaén. Así, más de una treintena de obras de los cuatro autores se podrán ver durante las próximas dos semanas en este espacio.
“Gracias a la generosidad de Melchor exponemos junto con él. Es uno de los artistas más representativos de la provincia, además de tener un corazón que no le cabe en el pecho”, destaca Manuel Poisón, para quien esta exposición es un homenaje al “maestro”, como le llama. Mesa pretende, asimismo, llamar la atención sobre el artista “autodidacta”, poco apreciado y olvidado en este Jaén, defiende. Para Poisón, “el autodidacta es un incomprendido”, por eso son necesarias iniciativas como esta.
Otros monumentos como las iglesias de San Ildefonso o La Merced, y paisajes como el Borosa o el eterno olivar están muy presente en sus cuadros, pero, sin duda, la Catedral supera con creces cualquier otra inspiración en sus cuadros: “Mi ilusión es que si un día se me hiciesen un homenaje, me gustaría que todo jiennense que tenga una catedral mía en su casa la trajese a la Plaza de Santa María y yo me colocara en el centro para verlas todas juntas. Estoy seguro de que se llenaría y a lo mejor se quedaría pequeña”. Y Manuel Poisón no se queda atrás: “Si se juntara toda la obra que él tiene repartida por los hogares, daría seguro la vuelta a Jaén”.