Medicina y Universidad
Desde hace tiempo, en diferentes ámbitos profesionales, universitarios y políticos, se reclaman para nuestra universidad los estudios de Medicina habiéndose creado una comisión para demostrar su viabilidad y exigir a los poderes públicos la implantación de los “deseados” estudios; ¡menos mal que a causa de la crisis la reclamación se ha aparcado y, por ahora, no existe el peligro de su pronto establecimiento! Los partidarios de los estudios de Medicina en la Universidad de Jaén —reclamados ya por mimetismo en las dos universidades que se crearon al mismo tiempo que la de Jaén, las de Almería y Huelva— son bastantes: Los galenos de nuestra ciudad y provincia que hace tiempo pensaron en la posibilidad a su acceso a la impartición de sus conocimientos médicos y realizaron el doctorado; también bastantes profesores de Enfermería que al no existir el doctorado en esta rama del conocimiento hicieron las tesis en Antropología estimando que la afinidad les permitiría impartir docencia en Medicina; bastantes alumnos deseosos de más plazas para el acceso a la titulación y aquellos padres que desean tener a sus hijos cerca y, con más o menos dificultades, los envían a otras universidades donde pueden realizar tales estudios.
Al conjunto de los anteriores se unen las personas que creen que “todos debemos de tener todo” para la existencia de una no discriminación en las titulaciones universitarias por razones geográficas o del número de habitantes. Y ¿cómo no?, haciéndose eco de todos los anteriores, algunos políticos que así esperan recoger la cosecha de un puñado de votos. Noticias recientes referentes a la Medicina nos muestran el desequilibrio en la planificación de estos estudios: la oferta desde la Administración de 1.000 plazas de MIR. (Médico Interno Residente) con más de 11.000 solicitudes.
La media verdad de que implantar estos estudios no saldría caro a la Administración es una falacia puesto que si es cierto que los primeros cursos, en algunas asignaturas, podrían cubrirse con titulados doctores de Enfermería o médicos-doctores, pero habrá que tener en cuenta que, al irse ampliando los estudios en cursos próximos, se irían incrementando cuantiosamente las necesidades de instalaciones, aparataje necesario para las enseñanzas, profesorado especialista y para prácticas y otros gastos inasumibles por una administración que tardará bastante tiempo en recuperarse de la actual y profunda crisis.
En el escenario actual tenemos dos prestigiosas Facultades de Medicina que están, en tiempo, a una hora más o menos de nuestra capital: la de Granada y la de Córdoba (a que se añaden las de Sevilla, Málaga y Cádiz en Andalucía). Es más cuando se produjo la creación de la Universidad de Jaén recibí la llamada del entonces rector de la de Córdoba. No sé si en plan serio o de broma, me dijo que trasmitiera al rector, Luis Parras, la oferta, por el excesivo coste, del traslado de la Facultad de Medicina de Córdoba a la Universidad de Jaén. Creo, pues, que existen razones objetivas para dudar si sería acertado la implantación de los estudios de Medicina en la Universidad de Jaén.