08 oct 2014 / 11:34 H.
La mayoría de las noticias que aparecen en los medios de comunicación son negativas. Hace unos días, viendo la televisión en casa con mis hijos, estos se quejaban de lo sangrientas que son las informaciones que reciben. No les falta razón, y porque todavía no entienden de política, porque de ser así tampoco entenderían los políticos tan mediocres que sufrimos en España, sálvese quien pueda. Pero no voy a permitir que tanta negatividad, tanta desesperanza ni tanta maldad me hagan daño. Por ello prefiero que la esperanza esté siempre presente en mi vida, y procuro fijar más mi atención en las personas que hacen el bien por los demás. Así, no dudo en quitarme el sombrero ante tanta gente que no entiende de egoísmos y sí de sacrificios por el bien común. Me quito el sombrero ante el profesional que se juega su vida por salvar otra vida; ante el profesor que además de transmitir conocimientos inculca valores de convivencia; ante el sanitario que de verdad se esfuerza por la salud de los demás; ante el padre o la madre que no paran de aprender para educar mejor a sus hijos; ante el esposo o esposa siempre dispuestos a amar; ante el joven que no quiere ser uno más y trabaja para ser cada vez mejor; ante la mirada de un niño que me hace sentir pequeño y me arranca una sonrisa sin precio; ante el empresario que no tiene como meta el enriquecimiento sin escrúpulos, sino que trabaja y da trabajo para beneficio de todos, con condiciones dignas y procurando la conciliación de la vida familiar. Me quito el sombrero ante el trabajador que cumple con su trabajo y se siente agradecido; y ante el político que no entiende nada de corrupción y sí mucho de servicio, que para eso los elegimos. Hay tantas personas a nuestro alrededor que se merecen el agradecimiento que es injusto no reconocérselo. Se me quedan muchos sin nombrar, pero no es mal ejercicio que cada uno de nosotros pensemos en esas personas que, conocidas o no, nos encontramos con ellas y nos transmiten lecciones con su buen hacer. Si aprendemos y obramos igual, habrá mejores noticias y más esperanzadoras.