Más tecnología en las aulas para ganar en calidad docente

La oposición lo tildó de promesa oportunista y ahora se dan los primeros pasos para que, lejos de un espejismo, se convierta en realidad. La ambiciosa iniciativa contempla que 392.000 estudiantes y alrededor de 20.000 docentes se beneficien de manera directa, después de desarrollar experiencias piloto este mes con siete mil escolares de diferentes puntos del país. El objetivo es claro y, desde luego, necesario. Incorporar las nuevas tecnologías al aula, beneficiarse de los avances que están a la orden del día en cualquier ámbito, para avanzar en una enseñanza de más calidad. Se trata, en suma, de transformar las clases tradicionales de pizarra y tiza, en espacios en los que cada uno de los alumnos pueda trabajar con su ordenador y mejorar así de forma notable su aprendizaje. Las ventajas son evidentes, aunque es cierto que costará romper inercias de décadas y dotar a los docentes de toda la formación necesaria para sacar provecho de estas nuevas herramientas docentes. Es preciso modernizar la educación, sin prisa, pero sin pausa, a un ritmo que permita que las carencias educativas se superen gracias a la puesta en práctica de las nuevas prestaciones que los avances técnicos permiten. Es trasladar la realidad social a la clase, en una sociedad en la que el ordenador es ya parte de la actividad cotidiana de cualquier niño. Son ellos los que con más naturalidad sabrán adaptarse al cambio y, desde luego, sacar provecho de él, pero también los maestros tienen la oportunidad de encontrar en este Plan Escuela 2.0 un magnífico aliado para mejorar sus habilidades docentes.