30 ene 2010 / 10:25 H.
Los datos sobre la Encuesta de Población Activa (EPA) que acaban de darse a conocer no se puede decir que hayan cogido por sorpresa a los agentes sociales ni, probablemente, a la sociedad en general. La situación económica no mejora, en un marco en el que, como se ha subrayado desde la UE, España será el último país de su entorno que consiga salir de la recesión. El paro aumentó en Andalucía en 183.700 personas en 2009 respecto al año anterior, con una tasa de personas sin trabajo del 26,33 por ciento. Más de uno de cada cuatro andaluces no tienen un sueldo al final de mes, debido a la destrucción de empleos de manera paulatina, 160.000 en total. En lo que concierne a la provincia jiennense, la tasa de desempleo es una de las más elevadas, con un 24,78 por ciento, seguida sólo por Málaga (27,35%) y Cádiz (28,69). Como suele suceder, la realidad en asuntos de índole estadístico depende el color del cristal de quien los analice. O lo que es lo mismo, de los intereses más o menos partidistas que se apliquen en el análisis. E presidente de la Junta, José Antonio Griñán, considera que se puede aplicar una mirada esperanzadora, porque se creó empleo en el último trimestre de 2009, mientras que el PP-A, desde la oposición, exige que se celebre un pleno monográfico y extraordinario sobre el empleo ante los malos datos que acaban de conocerse, con uno de cada dos jóvenes sin trabajo en la región. En todo caso, es preciso hacer una llamada a la rigurosidad y a huir de la demagogia, en una coyuntura tan especialmente complicada como la actual. La sociedad reclama cada vez más medidas urgentes y efectivas, soluciones para salir adelante en el día a día, no discursos vacíos de contenido como pelotas de tenis que van y vienen. Un ejercicio de responsabilidad que debe primar en todos los partidos y agentes sociales, sin distinción de color político.