18 oct 2014 / 08:32 H.
La corta campaña de aceituna que se avecina tiene una repercusión directa en los jornaleros y, por extensión, en toda la economía jiennense. UGT presentó los datos estimativos de este “terremoto” económico y, según sus datos, el campo jiennense perderá 4,2 millones de jornales y con ellos se dejarán de ingresar 210 millones. Un hachazo sin paliativos a la economía rural jiennense que requiere de la atención de sindicatos y partidos políticos. En este sentido, se insta al Gobierno de España y a la Junta de Andalucía para amortiguar el golpe. Entre las medidas propuestas por UGT se contempla que no sean necesarias las peonadas de este año para acceder a la prestación (sería suficiente con la cotización del año anterior y con estar al corriente de la cotización) y la creación de un plan de empleo para dar cobertura laboral a la sangría que viene. El primer punto contaría con el apoyo también del PSOE, aunque la opción más probable sea una reducción de jornadas que, vistas las previsiones, no sería suficiente. Algo urgente, en cualquier caso, es necesario acometer porque el problema es estacional y se repite cíclicamente. A largo plazo esta zozobra en el campo jiennense acabará por apartar a los más jóvenes de las zonas rurales porque el ecosistema económico así no se sostiene. El envejecimiento de la población rural encuentra con estos vaivenes de campaña una explicación directa. La mayor parte de los pueblos de la provincia tienen una fuerte dependencia del olivar y cada variación en este ecosistema en equilibrio tiene importantes consecuencias. O se toman medidas a largo plazo, las puntuales ya se ve que son insuficientes, o el modelo social de las últimas décadas será historia.