Más de un año a la espera de sentencia por una casa

Caso extraño. Una familia espera desde hace más de un año a que la Justicia dicte sentencia por un pleito civil  para desalojar parte de una vivienda. El juicio se celebró concretamente el 13 de junio de 2013. Sin embargo, la propietaria del inmueble, Genara Pérez, que presentó la denuncia, falleció hace un mes sin conocer el desenlace. Sus allegados están dolidos con esta desagradable situación.

18 jun 2014 / 22:00 H.

 

 Según explica el abogado Santiago Collado, que representa a los dueños de la casa, la demanda se presentó el 7 de febrero de 2013. El 16 de mayo de ese año hubo una audiencia previa y, después del juicio de junio, solo quedaron pequeños flecos que se cerraron en octubre. El letrado aclara que detrás de lo ocurrido está el hecho de que el proceso quedó en manos de un juez suplente de la titular de Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Alcalá la Real, que estaba de baja maternal y luego se reincorporó. El jurista subraya que, incluso, se pidió una autorización para que se habilitara al sustituto, de manera que pudiera emitir la esperada sentencia. Sin embargo, Collado, precisa que a pesar de que desde el 4 de diciembre se dispone del visto del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), aún no se sabe cuándo se conocerá el fallo del litigio ni se recibe explicación.

 El jurista manifiesta a Diario JAÉN que lo ocurrido resulta "anómalo", máxime cuando los dos juzgados que existen en Alcalá funcionan bien y resuelven los casos con relativa celeridad, de manera que se encuentran prácticamente al día en los asuntos que deben sopesar. El profesional confía en que el problema se arregle pronto.

 

DIFERENCIAS. Josefa Roldán, hija de Genara Pérez, explica que con el pleito tratan de que quede libre una de las dos plantas, la inferior, de las que consta la vivienda, situada en la calle  Camino Nuevo -en la otra vivía su madre-.  Añade que el inmueble es usado por un chatarrero que paga solo nueve euros al mes en concepto de alquiler y que no tiene ni siquiera contrato como almacén para apilar diversos objetos y que el lugar se ha convertido en un foco de suciedad y de roedores, motivo por el que los vecinos están molestos. "Allí no quiere vivir nadie", recalca la mujer, quien asegura que por este motivo tampoco hay nadie interesado en instalarse en otras viviendas de esta zona.

 

La versión de la otra parte es diametralmente opuesta, ya que, mientras los dueños afirman que  el inquilino no vive allí, este está empadronado en el domicilio y ha adecentado parte de la fachada. Uno de los argumentos de la familia Roldán Pérez para probar que no vive ahí radica en los mínimos consumos de agua y luz.