Más control en la venta de alcohol a menores

Eduardo Ortega Martín desde Granada. La presente carta la escribo desde la creencia en la utopía, que un día los hombres antepondrán sus intereses personales y económicos, a la educación y a las buenas costumbres. Si Roma y otras grandes civilizaciones cayeron en la más rotunda quiebra y ruina, fue por la dejadez de los valores tales como la “virtus”, o virtud, y la decadencia en las buenas costumbres o “mores”.

    30 oct 2013 / 12:12 H.

    Aquí en España está pasando algo similar, lo normal es que un menor tenga contacto más pronto que tarde con el alcohol, las drogas, o las bebidas que contienen excitantes y poderosas sustancias dañinas cerebrales, y que de todos son conocidas. Por ello lo que me preocupa como padre es la falta de un mayor control y coordinación institucional, para que las bebidas alcohólicas(en especial las de mayor graduación alcohólica) no lleguen a los menores, entendiendo por menor no solo el más vulnerable de los dieciséis años, sino aún hay más tramos como el de dieciocho o veintiún años, que seria discutible su prevención, y el estado se ahorraría muchos dolores de cabeza. Aparte de lo anterior pedimos una mayor responsabilidad de todos, una mayor información con campañas preventivas contra el alcoholismo y otras drogas, más sanciones a quién corresponda, y multas o sanciones testimonio, incluidas a los jóvenes que consuman alcohol siendo menores de dieciséis años. Esto a alguien quizás le moleste, pero esta sociedad debe de educar en una libertad responsable, en una psicología social no de los hechos consumados, y de los errores, sino del estudio de sus causas y de la prevención. ¿Cuántos bares o comercios cuando venden alguna bebida alcohólica, tabaco, bebida excitante, etcétera, piden al joven o niño que se identifique?
    ¿Qué hace nuevamente el departamento de consumo de la Junta de Andalucía o la propia Escuela Andaluza de Salud Pública al respecto? ¿Acaso es que algunos bastantes cuantos, gustan de las melopeas, y por eso no entienden el daño grave que se hace a nuestra juventud? Ya es hora de despertar del sueño, y ver qué tipo de juventud estamos sembrando, una juventud en parte dormida por multitud de sustancias químicas legales, que están permitidas, pero que lastran la personalidad, la libertad, y el carácter a conductas erráticas y hábitos insanos, que dañan al cuerpo social. Ya lo dice el refrán, mente sana en cuerpo sano, si el cuerpo es contaminado, difícilmente los hombres del mañana serán mas libres, más lúcidos, mas valientes y mas decididos. Digamos no a la venta de sustancias nocivas y perjudiciales para la salud, en especial en los menores y jóvenes, con ejemplo, compromiso social y honda humanidad.