MARTA TALLANTE YERA: "Conocer de dónde venimos da sentido al mundo"

Ana Domínguez Maeso
Marta Tallante Yera nació en Úbeda, en una familia de tres hermanos. Su madre, Mariani, ama de casa, es una mujer inquieta y con muchas habilidades, especialmente, para todo aquello relacionado con la pintura, las manualidades, la costura y las nuevas tecnologías. Le encanta el mundo de la fotografía y de la informática y se queja, no sin razón, de que ninguno de sus hijos haya heredado ese “don”. Su padre, Antonio, es una persona muy conocida y querida en Úbeda; comprometido al máximo, especialmente con los que más lo necesitan. Maestro de vocación, ejerció su docencia en el colegio salesiano Santo Domingo Savio, su “segunda familia”, al que sigue muy vinculado, a pesar de estar jubilado.

    23 jun 2013 / 08:47 H.

    —¿Cómo fue su infancia?
    —Tengo recuerdos muy felices junto a mis hermanos, Antonio Javier y Patricia, a los que estoy muy unida. Era una niña estudiosa y, en mis ratos libres, me encantaba bajarme a la calle a jugar con mis vecinos. Los veranos los pasábamos en Mancha Real, el pueblo de mis abuelos.  ¡Cómo echo de menos esas tardes de juego, debajo de la parra del patio, el salirse a la puerta a “tomar el fresco”, mi primera pandilla o la ilusión de esperar la llegada de mis tíos y primas desde Canarias!
    —¿Qué estudios ha realizado?
    —Estudie EGB en el colegio de “La Milagrosa” y el BUP en los Salesianos. De ambos guardo muy gratos recuerdos, especialmente, de mis profesores y amigas, con algunas de las cuales sigo manteniendo una muy buena relación. Posteriormente, tras dos años en la Universidad de Jaén matriculada en Psicología, empecé la carrera de Magisterio en la SAFA de Úbeda.
    —¿Cuál es su actividad profesional?
    —Estudié Educación Primaria, pero aprobé las oposiciones por la rama de Educación Especial. En 2003 llegué como provisional al CEIP “Santo Domingo” de Jaén en un aula de parálisis cerebral. En un primer momento, las dudas y miedos fueron muchos, en concreto, a no saber estar a la altura de esos pequeños, pero, poco a poco, esos temores fueron desapareciendo. Estuve rodeada de un equipo de compañeras estupendas sin las cuales nada habría sido igual. Juntas empezamos a estudiar la mejor manera de dar respuesta a las necesidades de nuestros alumnos. Jamás habría imaginado cuánto aprendería de mis “chicos especiales...”. Durante este tiempo empecé a estudiar Inglés y, gracias a ello, conseguí mi destino definitivo como Maestra de Educación Primaria Bilingüe en este mismo centro. Mi vida en este colegio ha ido siempre unida a la de mi compañera y amiga Victoria Eugenia. Juntas conseguimos hacer que nuestro centro fuera bilingüe y nos embarcamos en numerosos proyectos de los cuales hemos salido siempre airosas. En la actualidad, formamos el nuevo equipo directivo, cargo que hemos asumido con mucha ilusión. Además, soy tutora de un sexto.
    —¿Cómo es su vida familiar?
    —Estoy casada desde hace cuatro años con Juan Carlos Quesada, al que muchos conocerán por su trayectoria como diseñador gráfico e ilustrador y por su vinculación al mundo cultural y del cómic en la provincia. Ambos compartimos muchas cosas: gustos, aficiones... e intentamos pasar el mayor tiempo posible juntos. Siempre ha estado conmigo en todas los momentos importantes de mi vida y muchos de mis logros se los debo al gran apoyo que me ha brindado durante estos últimos veinte años. ¡Toda una vida!
    — ¿Cómo utiliza el tiempo libre?
    —Disfruto leyendo, viendo alguna película o saliendo a tomar algo fuera con los amigos. También me gusta viajar y disfruto mucho organizando viajes tanto para mí como para familiares o amigos. Siempre que tengo algunos días libres, y cuando la economía lo permite, claro, me gusta escaparme junto a mi marido y conocer algún nuevo rincón del mundo. Nuestros viajes son sobre todo culturales, ya que a ambos nos apasiona la historia. Muestra de ello es la elección de nuestros destinos: Egipto, Jordania, Turquía, Israel, Italia, Grecia... Esta pasión por la historia también me ha llevado al mundo de la recreación. De hecho, pertenezco a la asociación Grama (Grupo de Recreación y Arquería Medieval “Abrehui”) de Jaén.
    —¿Cómo se dedicó a esta actividad?
    —Todo empezó durante la preparación de mi boda, que, como buena ubetense, quise ambientar en la época renacentista. Tomé contacto con grupos de recreación histórica, y ahí fue donde conocí a miembros de Grama, una asociación cultural formada por 25 personas que, además de vestirse de época y pasearse por mercados y fiestas medievales, dedican tiempo y esfuerzo a investigar, documentarse y formarse. Por un lado, investigamos sobre los usos y costumbres, así como la historia, la cultura y la sociedad, especialmente, del siglo XIII, mediante la recreación, lo más fiel posible, del vestuario, calzado y tocados de la época. Nuestras recreaciones abarcan desde la época romana hasta el Renacimiento. También nos formamos en el montaje de coreografías de danzas. Nuestra intención es trasladar al espectador a otra época, no solo con la ropa, las armas, la música o las danzas, sino también con el ambiente, los muebles, los utensilios de uso diario, la comida, etcétera. Para nosotros, la recreación histórica debe contemplar todos los aspectos de la vida.   A todo aquel que esté interesado le invito a visitar nuestra página web  www.gramajaen.com.
    —¿Qué aconsejaría a los jóvenes que quieren dedicarse a esta actividad?
    —Debido a que estamos inmersos en un mundo que cada vez nos lleva más al individualismo, yo les aconsejaría que no dudasen en acercarse al mundo de las asociaciones. En nuestro caso, somos un grupo de personas, ya amigos, que compartimos el interés por la historia y que, con este “pretexto”, no dudamos en enfundarnos nuestros trajes y armaduras  y salir allí donde nos llaman para, ante todo, pasar un buen rato en la mejor compañía. Yo los invitaría a acercarse a la historia porque conocer de donde venimos, da sentido al mundo en el que vivimos.