Mariola Cantarero da la bienvenida por todo lo alto
Barroco, bel canto, copla y zarzuela para abrir, musicalmente, el nuevo curso académico en la Universidad de Jaén. Un espectáculo protagonizado por la privilegiada voz de la prestigiosa soprano granadina Mariola Cantarero, que estuvo acompañada por la pianista Mercedes Enciso. Esta cita llenó el Aula Magna de público, aunque pocos jóvenes universitarios se intuían entre las butacas. Más atraídos, quizá, por otros géneros, aguardan la otra inauguración musical del curso, mañana, con el grupo madrileño Alamedadosoulna, en la Plaza de los Pueblos del Campus Las Lagunillas.

El programa elegido para tan señalada fecha fue de lo más variado, tal y como explica la profesora de Didáctica de la Expresión Musical, María del Coral Morales, en su programa: “Recorre desde el Barroco hasta el siglo XX, suponiendo un catálogo amplísimo de géneros, estilos y recursos estéticos que parecen ir de la mano con los rasgos definitorios de la Universidad del siglo XXI”. De esta forma, arrancó con Vivaldi y una pieza de su ópera Bajazet. Esta nació como una recopilación de arias que hizo, en 1735, de óperas propias y de otros compositores, populares para el público. De ellas, Cantarero y Enciso interpretaron Sposa son disprezzata, con la que consiguieron los primeros aplausos de la noche. Continuaron con Häendel y dos de sus obras, el oratorio Samson (1743) y la ópera Rinaldo (1711), en concreto Let bright the Serafin y Lascia chio pianga, una de las piezas más célebres del músico alemán.
Y del Barroco al bel canto. Como detalla María del Coral Morales, la época más gloriosa del belcanto italiano, el siglo XIX y una de sus máximas figuras, el compositor Vincenzo Bellini, del que interpretaron Casta Diva, de Norma, de Bellini. Para cerrar la primera parte, llegó Bel raggio lusinghier, de Semiramide, última obra “seria” de Rossini en la que se inspira de Voltaire.
Ya en la segunda parte, dejaron atrás la ópera para adentrarse dentro de la canción de concierto con Azulao, de Ovalle, y el fado Ai, que linda moça, de Halffter. Un viaje por música de Sudamérica que tendría parada también en Argentina con la Canción al árbol del olvido de Alberto Ginastera, y Perú, con Hasta la guitarra llora, de la compositora Rosa Mercedes Ayarza de Morales. Y para cerrar, zarzuela, con dos piezas como son la romanza Vals de Angelita, de la obra Chateau Margaux, de Manuel Fernández Caballero, y Me llaman La Primorosa, la pieza más reconocida del popular El Barbero de Sevilla. “Este repertorio más completo no puede ser. Hemos buscado, precisamente que sea variado para que todo tipo de público pueda disfrutar”, explicaba la soprano antes del espectáculo y, sin duda, así lo fue.