MARÍA ANGUITA MOLINO. 'Restaurar un mueble te hace vivir parte de su historia'

Conchi Sánchez
La vida de María discurre en torno a las calles empedradas de cantos redondeados y resbaladizos del antiguo barrio del Arrabalejo. Los mejores recuerdos de su infancia, sus juegos, sus amigos y su colegio hacen que sea entrañable para ella. En la actualidad, sigue vinculada a él, a través de su taller de restauración. Realizó sus primeros estudios en colegios de monjas y el Bachillerato en el entonces instituto femenino, Santa Catalina de Alejandría, para terminar estudiando decoración en la Escuela de Arte José Nogué, entonces Escuela de Artes y Oficios.

    20 jun 2010 / 10:50 H.

    —¿Siempre enfocó su preparación al mundo de la creatividad?
    —Cuando tomé la decisión de estudiar decoración ya sabía que mi vida estaría siempre relacionada con la creatividad y el arte, pero fue más adelante cuando pude realizarme, después de estudiar restauración del mueble, ya que conseguí montar un taller de restauración, junto con mi socia, en el que trabajo actualmente. Recuerdo que ya en el colegio de monjas, la hermana Inmaculada contaba conmigo siempre que había que preparar un cartel para mayo, Cuaresma o Semana Santa. También, las mejores notas del instituto fueron las de Expresión Artística.
    —¿Cuándo decide trabajar en el ámbito de la restauración?
    —No fue algo premeditado. La Comunidad Europea creó un proyecto para mujeres que quisieran formar su propia empresa en Jaén. La Junta de Andalucía nos propuso realizar el mismo a una serie de artesanas. Seleccionaron a un grupo de doce mujeres, entre las que yo me encontraba. La preparación fue intensa y de gran calidad, gracias al equipo de profesores, que era excelente. Así que finalmente, terminamos tituladas en Restauración por la Junta de Andalucía. Más tarde, mi socia, Pilar Almagro, y yo formamos la empresa.
    —Al establecerse con su propio taller, ¿encontró muchas dificultades?
    —La ilusión mueve montañas, pero la realidad es que todos los comienzos son difíciles. Necesitas de un largo tiempo para empezar a ver los frutos y, además, tienes que añadir las dificultades burocráticas, y aprender a moverte en el mundo empresarial. Cuando montamos el taller, nos dimos cuenta de que no era suficiente con saber restauración, sino un poco de todo.
    —Actualmente parece que está de moda recuperar objetos y muebles antiguos. ¿Cualquier persona puede hacerlo?
    —No. Si no tienes conocimientos, puedes cometer verdaderas barbaridades. A veces, algún cliente nos trae muebles que él mismo comenzó a restaurar con métodos inapropiados, como la limpieza con sosa cáustica, sin saber que eso quema el poro de la madera y su antigua pátina. No todas las maderas requieren el mismo trato; hay que hacer un estudio de su estado antes de decidir el tratamiento definitivo.
    —¿Cuántos años debe tener un objeto para considerarlo antiguo?
    —Me arriesgo a contestar esta pregunta, ya que existen diferentes opiniones al respecto. Considero que un mueble es antiguo cuando se puede certificar que ha pasado por un tiempo considerable y podemos enclavarlo en una época y un estilo. Nosotras restauramos muebles de 70 u 80 años, como dormitorios de nuestros abuelos.
    —Para documentar un mueble que va a restaurar, ¿qué método sigue?
    —La historia del mueble es muy antigua y va unida a todos los cambios y corrientes artísticas de la vida. Existe un bibliograma de documentación sobre el mueble que se remonta a las primeras civilizaciones y llega a la actualidad. La primera información del mueble nos la da el cliente, ya que conoce la procedencia. Más tarde buscamos información histórica, la época de origen y el estilo, así como la calidad del material y su estado de conservación. Además, es importante tener en cuenta, por ejemplo, el grosor de la madera, los herrajes y las incrustaciones. A veces, nos encontramos verdaderas sorpresas, como es el caso de un antiguo bargueño que, por su estudio, enclavamos en el siglo XVIII y el dueño quedó gratamente sorprendido.
    —¿Existe el peligro de las falsificaciones?
    —Por supuesto. Hoy en día existen métodos para conseguirlo, pero un experto es capaz de reconocer cuando se trata de una falsificación o de un mueble original. La madera es una materia viva, a la que el paso del tiempo le afecta, sin olvidar sus enfermedades, como la polilla, su eterno depredador.
    —¿Qué diferencia hay entre restauración y conservación?
    —Restaurar un mueble es recuperarlo del estado en que se encuentra, por el paso del tiempo, para dejarlo lo más parecido a su estado original, sin alterar ni dañar sus pátinas. Después, procedemos a su mantenimiento y conservación, para que sigan en un estado óptimo y no se vuelvan a deteriorar.
    —Cuando nos decidimos a restaurar algún mueble de casa, ¿qué proceso se debe seguir?
    —Si el mueble es delicado o tiene gran valor, se debería poner en manos de un profesional. En caso contrario es posible documentarse, pero, aun así, es difícil dar con los productos adecuados.
    —¿Qué técnicas artesanales se emplean para la restauración del mueble?
    —La restauración del mueble es pura artesanía. Todo se hace con las manos y la ayuda de unos pocos utensilios. Después del estudio del mueble, procedemos a la separación de la piezas deterioradas o que sea necesario reconstruir, continuamos con una escrupulosa limpieza a base de productos que no perjudiquen su pátina original y, una vez conseguido el objetivo, pasamos a la fase de sellar la pátina y nutrir la madera. En restauración, no sólo se recupera un mueble, sino que también podemos aplicar diferentes técnicas para el tratamiento o alteración de pinturas, cerámicas, forja, papel u otros elementos decorativos que pueda tener el mueble. Todo depende de la creatividad.
    —¿Un mueble restaurado se revaloriza?
    —Por supuesto. Si restauración significa recuperar, estamos dando al mueble un valor que había perdido. Además, alargar la vida de un mueble, a partir de su restauración, ya es de por sí un valor añadido.
    —A veces tenemos en casa piezas antiguas sin uso. ¿Se pueden convertir en un mueble renovado y actual?
    —Si la pieza tiene valor, consideraría un sacrilegio alterarla rompiendo su historia, pero si se trata de sacarle provecho, podríamos valorar sus posibilidades. Quizás una transformación, añadiendo o modificando alguna parte o simplemente decorando el mueble con otras técnicas más actuales conseguiremos que el aspecto resulte más moderno.
    —¿Recuerda algún trabajo con cariño?
    —Todos los muebles que llegan a nuestras manos nos transmiten un montón de sensaciones. Cuando estamos trabajándolos, y ya tienen una historia y un origen, no puedes evitar el trasladarte en el tiempo y vivir parte de su historia, de forma que cuanto más tiempo dura la restauración, más te encariñas. Pero la verdadera satisfacción, además de ver tus objetivos conseguidos, es la expresión del cliente al ver su mueble restaurado. El agradecimiento y la alegría que nos muestra nos aporta la plena satisfacción de que el cariño que has dejado al tratar su mueble está compensado, y el saber que ya formamos parte de la historia de ese mueble.