MARÍA ÁNGELES MORAL BARRIGA: "La mujer se implica mucho en el movimiento vecinal"
Mariam López Ruiz
Ante María Ángeles me vuelvo a quitar el sombrero por ser una mujer tan implicada en conseguir lo que tanto tiempo llevamos pidiendo por derecho las mujeres: igualdad, corresponsabilidad y, sobre todo, que no se nos agreda por ser simplemente mujeres. Podría hablar de premios o reconocimientos a su trayectoria, pero el mejor premio es ella misma, por estar ahí, por sus años de lucha para que la mujer tenga el puesto que le corresponde y merece. No puedo invitar a leer esta entrevista sin decir: ¡Gracias María Ángeles!

Ante María Ángeles me vuelvo a quitar el sombrero por ser una mujer tan implicada en conseguir lo que tanto tiempo llevamos pidiendo por derecho las mujeres: igualdad, corresponsabilidad y, sobre todo, que no se nos agreda por ser simplemente mujeres. Podría hablar de premios o reconocimientos a su trayectoria, pero el mejor premio es ella misma, por estar ahí, por sus años de lucha para que la mujer tenga el puesto que le corresponde y merece. No puedo invitar a leer esta entrevista sin decir: ¡Gracias María Ángeles!
—¿Desde cuándo es presidenta de Mujeres Vecinales y cómo llegó?
—Siempre he tenido muchas inquietudes, y necesitaba desarrollarme personal y profesionalmente. Abrí una guardería que tuve 18 años hasta que la dejé para cuidar de familiares a mi cargo. Yo necesitaba dedicarme a otras cosas, estar activa y decidí entrar en la Asociación de Vecinos Europa, donde coordinaba la sección de Festejos y Mujer. Fui la primera mujer presidenta de una asociación en Jaén. Me animaron a entrar en OCO y aquí llevo 27 años en el movimiento vecinal. Cuando entré en OCO me encargué primero de festejos y de la vocalía de la mujer, pero aún no estaba creada la asociación de mujeres. Existía ya el Instituto Andaluz de la Mujer en Jaén y nos aconsejaron que nos constituyéramos como Asociación de Mujeres y así lo hicimos. Pasados unos años, entramos en la Confederación de Asociaciones Vecinales de Andalucía. Entré en la Vocalía de la Mujer y fui y soy la presidenta.
—¿Cuáles son los objetivos de la asociación?
—Ante todo, luchamos por la igualdad. Siempre he trabajado para que la mujer participe en el movimiento vecinal, que esté presente en la junta directiva de cualquier asociación. Antes solo había hombres. Afortunadamente, en la actualidad, son muchas las mujeres que participan en las distintas asociaciones vecinales. Nosotras tenemos mucho que decir. Si somos nosotras las que vamos por la calle, observamos las deficiencias que existen, bien sea un semáforo roto, una señalización que no existe y si llevamos a nuestros hijos al colegio, sabemos de las carencias que se tienen y los problemas que hay. Por eso, creo que la mujer debe tener una participación más activa con el movimiento vecinal.
—¿Se implican las mujeres con el movimiento asociativo?
—Sí y mucho. Yo tengo más de 200 socias y, aunque yo sea la que dirige un poco esto, somos como una piña y todas aportan su granito de arena para que esto marche. Se echa en falta más participación de las jóvenes, eso es cierto, tal vez, porque no disponen del mismo tiempo libre que las mayores, pero también las hay y animo a que haya muchas más.
—¿Quién puede entrar en el colectivo?
—Todas las mujeres, de todas las edades, etnias, culturas. De hecho, llevamos 12 años trabajando con emigrantes y algunas forman parte de la junta directiva.
—¿Qué cooperación hay entre la Confederación de Asociaciones Vecinales de Andalucía y la Asociación de Mujeres Vecinales?
—Una cooperación estupenda. Llevo ya más de 20 años en la Confederación, participamos en muchísimas charlas y ponencias, además de otras actividades sobre urbanismo, medio ambiente, mujer, familia, liderazgo, etcétera.
—¿En qué campos trabajan?
—Colaboramos con el Instituto de la Mujer sobre violencia machista e igualdad y estoy en el Consejo. En el Ayuntamiento estoy dentro de la Comisión de Igualdad, soy representante en la Confederación de Asociaciones vecinales de Andalucía, participamos activamente con el Banco de Alimentos y con Cruz Roja. De hecho, tengo un proyecto en mente y espero que salga algún día adelante: evitar a muchas familias, especialmente a los hijos menores, pasar por un comedor social y sustituirlo por comedores en los que la comida se lleve en tupper y se coma en la familiaridad del hogar.
—¿Es la violencia machista uno de los asuntos que más preocupan?
—Siempre lo ha sido, pero con los últimos acontecimientos más. A mi parecer, el castigo que se da a los maltratadores no es suficiente con respecto a la vida que se pierde o los daños sufridos. Son tremendos los casos de mujeres muertas a manos de sus parejas o exparejas y la forma en que se han expandido en los últimos días. Parece como si los asesinos se reflejaran en los asesinos anteriores para cometer estos delitos.
—¿Cómo ayudan a estas mujeres?
—Primero, con los cursos de mediadora social, ya que capacitan a las socias para saber atender y dar una ayuda inmediata y cercana a estas mujeres. Personalmente, he atendido a varias mujeres en esta situación y lo que hago es escucharlas, tranquilizarlas y darles confianza porque vienen totalmente desorientadas, sin saber qué pasos dar o dónde acudir. Es entonces cuando les acompaño personalmente al Instituto de la Mujer, donde ya les ayudan sus psicólogas y abogadas.
—¿Por qué las mujeres en esta situación confían más en las asociaciones?
—Yo creo que porque tienen el concepto de que la Policía es un hombre, y no tienen confianza o sienten vergüenza de contar lo que les ha ocurrido, sobre todo si se trata de violencia sexual, y en general porque temen no ser creídas. Pienso que el trato más cercano que le puede brindar una mujer de su asociación, o de su barrio, que la escuchará, le informará y le acompañará les hace sentirse mucho más seguras.
—¿Qué consejo daría a mujeres que pasan por esta situación de maltrato?
—Que denuncien. Es fundamental que se sepa por lo que está pasando. De las mujeres que yo he atendido en la asociación, ninguna había denunciado previamente. Tienen que entender que denunciado se les abren muchas ayudas, como policiales, jurídicas o asistenciales. Es decir, nunca van a estar solas en su salida de la violencia machista. También hago un llamamiento a que se evite la doble victimización, que se evite que la mujer maltratada deba pasar por distintas declaraciones.