MARI CARMEN GÁMEZ BLÁNQUEZ: "Hay que perseguir lo que uno quiere con honestidad"
Ana Domínguez Maeso
Mari Carmen Gámez Blánquez, aunque sus allegados la llaman Mari, nació, en 1968, en Pozo Alcón. Es la mayor de cuatro hermanos, dos hermanas, Tíscar y Esther, y un hermano, Paco. Tíscar es la hermana que le sigue en edad, tiene 3 años menos que ella y trabaja en Granada. Desde pequeña se ha caracterizado por ser la más independiente de todos.

Mari Carmen Gámez Blánquez, aunque sus allegados la llaman Mari, nació, en 1968, en Pozo Alcón. Es la mayor de cuatro hermanos, dos hermanas, Tíscar y Esther, y un hermano, Paco. Tíscar es la hermana que le sigue en edad, tiene 3 años menos que ella y trabaja en Granada. Desde pequeña se ha caracterizado por ser la más independiente de todos.
Esther es profesora de Dibujo Artístico en la Escuela de Arte José Nogué y Paco, tras completar los estudios de Filología Inglesa, decidió que lo suyo era hacer teatro y cursó Arte Dramático. Ahora se encuentra a caballo entre Madrid —se forma en el Teatro La Abadía— y Jaén con Teatro La Paca. Sus padres se llaman Luis y Trini. Los dos son de una aldeílla muy bonita cercana a Pozo Alcón que se llama Fontanar. Su padre lleva trabajando toda la vida y ha sido un “emprendedor” de su tiempo. Ha trabajado en múltiples sectores y ha sido tendero. Su abuelo Paco tenía la tienda del Fontanar. Era “la” tienda porque era la única del municipio y se vendía de todo, desde aspirinas a pienso para los animales. También fue cartero y empresario, entre otras ocupaciones. Su madre lleva trabajando toda la vida en la casa y fuera de ella.
—¿Cómo fue su infancia?
—Mi infancia se desarrolló en Pozo Alcón, pero mis recuerdos más lejanos y tiernos proceden del Fontanar. Allí iba a casa de mis tías, Conce, Pepita, Amalia, Maravillas, Carmen, etcétera, pero, sobre todo, a lo de mi tía Pura, que es como mi otra abuela. Me recuerdo paseando por la rambla, un lugar muy bonito con muchos árboles y agua, olor a flores, calles oscuras sin asfaltar y paz, mucha paz. En Pozo Alcón realicé mis primeros estudios con la música de fondo de “Eva María se fue buscando el sol en la playa”, a los 5 años, bailando en la alfombra con mis compañeros Pili, María del Mar, Bea, Loli, Antonio, Javi y doña Genoveva, o maestros como don Tíscar o don Sebastián. Vivíamos en un piso, que aún conservan mis padres, en un edificio construido por mi padre y sus hermanos, por lo que era un bloque muy especial en el que convivíamos con mis tíos, mis primos y mis abuelos. En Reyes todo era un subir y bajar escaleras en compañía de mis primos y primas y de nuestros nuevos regalos.
—¿Qué estudios ha realizado?
—Los estudios de Educación Secundaria, que antes se llamaban BUP, los hice interna en el colegio La Presentación de Baza, ya que el Pozo no contaba con instituto en aquellos días. En este centro de Baza, regentado por religiosas, las monjas me apodaron “la ojitos”. Me gustaba mucho estudiar y era un poco la “empollona”, aunque también la más bajita de la clase. Cuando yo tenía 16 años, mis padres decidieron venir a vivir a Jaén. Recuerdo que el primer día de clase unos chavales nos persiguieron tirándonos huevos y llamándonos “pipiolas” y yo, indignada, les aseguraba, y era cierto, que ya estaba en COU. Estudié en el instituto Santa Catalina. A continuación, comencé la carrera de Graduado Social, aunque, a la vez y con mayor énfasis, casi toda mi etapa universitaria la enfoqué planteando las bases de mi futura profesión teatral. Emprendí estudios de carácter práctico, a través de Teatro La Paca, y teórico con muchos profesionales importantes del sector. Al terminar la carrera de Graduado Social, trabajé en el despacho del que cariñosamente sigo llamando “el jefe” y, a continuación, entré en la Diputación como técnico.
—¿Cuál es su ocupación laboral?
—Soy empresaria teatral, de Teatro La Paca. Desde los 6 años me recuerdo en un escenario. La compañía de Teatro La Paca fue fundada por Juanma Titos y, en mis comienzos, la dirigía la actriz argentina Ilda Fava. Comencé a participar en todos sus espectáculos. Pero, en el año 1992, Tomás Afán y yo decidimos dedicarnos profesionalmente a la compañía y nos convertimos, en cierto modo, en pioneros a la hora de crear lo que ahora se llama una pequeña industria cultural. Inventamos programas para nuevos públicos, como la “Campaña de Teatro Escolar de Jaén”, el “Circuito Provincial de Teatro Escolar”, “Teatraula”, “Diverferia”, el “Festival de Teatro Andaluz” y “Juntos al Teatro”. Ya hemos cumplido 21 años tirando de este carro lleno de historias que se llama “Teatro La Paca”. Actualmente, acuden anualmente 50.000 espectadores, aproximadamente, a ver nuestras producciones y programas. Teatro La Paca ha crecido poco a poco y, ahora, es una empresa muy joven, ya que en ella tienen cabida jóvenes que asistieron a “Acércate al Teatro” y que decidieron ser profesionales de las tablas y que, con su buena labor, enriquecen esta pequeña empresa.
—¿Cómo es su vida familiar?
—En mi primer año de carrera conocí, casualmente, al que es mi compañero de toda la vida, Tomás Afán, un chico alto, moreno y muy inteligente que quería ser director de cine. Escribía poesías preciosas y sabía muchísimo de música. Y, poco después, comenzamos los dos la que sería nuestra carrera real en el ámbito del teatro, en el seno de una compañía universitaria de la Escuela de Magisterio, llamada La Paca. Tomás y yo decidimos, aunque “teníamos ya una edad”, crear una familia en cuanto se afianzó un poco nuestra situación laboral. En la actualidad, tenemos tres niños pequeños: Luis, de 1 año; Tomasillo, de 5 años, y Dani de 6 años. Nuestro piso se nos ha quedado “chico” de pronto y está lleno, muy lleno de vida; es una gozada ver a Luis correr detrás de sus hermanos llamándoles “hemanos”.
—¿Cómo emplea el tiempo libre?
—En cuanto al tiempo libre, apenas existe para nosotros. El poco que logramos arañar, cuando los peques se acuestan, lo dedicamos a ver trozos de alguna serie o película y, por supuesto, a leer. La verdad es que no me concibo sin un libro en la mano. Como dice mi amigo librero, “como de todo”.
—¿Qué le aconsejaría a los jóvenes que tengan interés por el mundo del teatro?
—Como consejo para los jóvenes creo que hay que perseguir lo que uno quiere, intentado ser siempre honestos y formándose de la mejor manera posible.