MARI CARMEN ALGUACIL.- "Lo que echas a la piel es como si te lo comieras"

ALBA VILLÉN
Desde pequeña ya señalaba cuál era su pasión y apuntaba maneras cuando, por ejemplo, compró, con tan solo catorce años, una guía de campo de plantas medicinales. Ahora, toda una veterana en el mundo de la alimentación y la nutrición natural, cuenta con dieciocho años de experiencia en el sector de la fitoterapia. El pequeño paraíso de Mari Carmen Alguacil, donde el alma y el cuerpo llegan a equilibrarse, es Tisana, su herbolario familiar, que es, además, espacio para el taichí, el yoga y el pilates. Esta jiennense, positiva por naturaleza, está concienciada con el cuidado del medio ambiente y la naturaleza y ve en maestros como Ghandi y Buda un ejemplo de filosofía de vida.

    26 ago 2012 / 09:16 H.

    —¿En qué se basa la fitoterapia?
    —En los principios activos que tienen las plantas medicinales. Estas tienen la propiedad de curar enfermedades.
    —¿Qué ventajas tienen los tratamientos  que se apoyan en esta disciplina?
    —No tienen efectos secundarios que puedan perjudicar a la salud, además, respetan el medio ambiente, frente  los productos químicos, que producen toxicidad.
    —¿Qué aporta la medicina natural?
    —Salud. Si se toman muchos productos tóxicos de nitritos habrá repercusión en la salud, sin embargo, al tratarse con medicina natural las células y el organismo no van a estar tan intoxicadas como si no se hiciese. A largo plazo es mucho mejor, porque hay muchos cánceres que son químicos y que están producidos por productos tóxicos, lo que pasa es que como se pronuncie la palabra cáncer la gente se echa las manos a la cabeza. La función más importante que tiene la fitoterapia es la medicina preventiva, porque a base de tomar sustancias naturales que no son nocivas para la salud se pueden prevenir enfermedades que se pueden volver graves y crónicas. Un ejemplo de medicina preventiva es el calcio para prevenir la osteoporosis, o vitaminas digestivas. Para el estómago hay cantidad de plantas con encina y con bífidos, para precaver úlceras. Ahora también se hacen preparados con aminoácidos. Es el caso de la glicina, que es buena para el párkinson, o la lisina, para el cerebro y la memoria.
    —¿Qué diría a los que dicen que lo que se vende en herbolarios es placebo?
    —La medicina natural está basada en las plantas, y eso está probado clínicamente. Yo no creo que mucha gente crea eso, pienso que, a lo largo de la historia, la medicina ha sido la base de la sociedad. Si pensamos en una tribu, ellos se curan a base de medicinas naturales que son muy efectivas. Además, cuando se está mal lo primero que se toma es una manzanilla, y cuando está nervioso, una tila. Las plantas sí tienen efecto, lo que pasa es que, luego, se ha avanzado mucho en fitoterapia y se han descubierto nuevas y se han mezclado otras. Con la unión de las plantas, lo que llamamos sinergia, se consiguen efectos que quizá no se logran con solo una. También hay médicos de medicina alópata, la que tenemos en el hospital, por ejemplo nefrólogos, que mandan para la retención de orina zumo de arándano.
    — ¿Cree que los médicos apuestan en ocasiones por la medicina natural?
    —Yo creo que sí, los médicos tienen que mandar lo que ellos crean, pero yo digo que en infecciones crónicas que se suceden constantemente un antibiótico quitaría lo gordo, pero las plantas terminarían de quitar la dolencia. No digo que una persona que tenga una infestación fuerte no se le den antibióticos. Por ejemplo, en una infección de orina un médico solo la quita a base de antibiótico, y hay personas que si la tienen crónica, las medicinas las debilitan y les dejan el sistema digestivo echo polvo. Sin embargo, los comprimidos de arándanos les serviría para tratar este problema. 
    —¿El precio de los productos es una barrera para este mercado?
    —Sí, porque no pueden ser muy baratos. Entra en juego el cultivo, que se recoge, se selecciona la planta y se almacena; además hay que sacar el extracto o la planta seca. Es un proceso muy largo y costoso, que hace que el producto no sea muy barato. No es lo mismo que en un laboratorio, que simplemente se mezclan unas sustancias con otras para obtener los medicamentos.
    —¿Qué otros servicios ofrecen?
    —Artes marciales como el taichí y además, yoga y pilates. Hay un club y una asociación, pertenecemos a la Federación de Lucha Olímpica y yo soy monitora de taichí, cinturón negro primer dan. Llevamos siete años dando clases en Tisana y diez si cuento el tiempo que estuve en la Universidad popular. La clientela del herbolario no suele coincidir con la de las clases. El tai chi es un arte marcial interno con el que te relajas y equilibras mente y cuerpo.
    —Además a la fitoterapia añaden alimentos ecológicos y cosmética...
    —Ofrecemos productos lácteos: leche, queso, yogures, tofu. También vendemos alimentos para vegetarianos y veganos. Cereales, harinas, zumos, frutos secos... Los alimentos biológicos no llevan residuos de pesticidas ni nitritos en el proceso de la agricultura. Cuando un comestible está tratado con abono artificial, estas sustancias pasan al alimento. La comida absorbe el compuesto y, una vez ingerida, este se queda en las células, porque la membrana celular no deja que salga, por ejemplo el de los plásticos son reductores hormonales. En cuanto a la cosmética natural, falta concienciación. Todo lo que se echa a la piel es como si se comiera, y la gente no asume esto porque creemos que lo que echamos en la piel es como si lo tiráramos, pero el cuerpo lo absorbe todo. Por ejemplo, si se lava el pelo con champú, el cuero cabelludo absorbe rápidamente las sustancias que tiene. Sin embargo, la cosmética natural se hace libre de sustancias tóxicas, no tiene parabenes, ni aluminio, ni peg. Tienen un aval de garantía que es un sello biológico. Hay sustancias que se utilizan para la piel que no son tóxicas, como los aceites naturales o la glicerina vegetal. La gente está mucho más concienciada de que lo que come oralmente le puede producir daños, antes de lo que se echa en la piel.
    —¿Hay que ser continuo en los tratamientos?
    —No tiene por qué. Si se tiene tendencia a una enfermedad o es crónica, entonces sí, si no, no. Se puede tener falta de hierro y tomarlo durante un tiempo y, después, parar. También sin tener dolencia se puede tomar un tratamiento para prevenir. Hay una serie de productos que se pueden tomar para prevenir alergias, por ejemplo. Si durante todo el año nos servimos de la fitoterapia, cuando llegue la primavera puede que no se tenga o disminuirla en gran medida.
    —¿Cuáles son los productos estrella del verano en herboristerías?
    —Vendemos mucho el betacaroteno oral, que sirve para proteger la piel del sol. Este medicamento tiene componentes como la zanahoria o ciertas algas que protegen la piel de la exposición solar, a la misma vez que nos ponemos morenos.