Marea solidaria con final feliz
La historia de la pequeña Nayra es el vivo ejemplo de que la solidaridad es capaz de romper fronteras y desbordar hasta las previsiones más optimistas. Desde el año pasado, la movilización social por medio país ha sido extraordinaria, increíble, con un importante foco de actividades centralizado en Porcuna, municipio en el que la familia paterna hunde sus raíces. Pero no solo ahí, sino en numerosos lugares de toda la provincia se ha sentido también un latir conjunto con la familia, igual que en la propia ciudad de Valencia, donde residen en la actualidad con el otro hermano mayor.
Los abuelos porcunenses, y el alcalde Miguel Moreno que cogió la bandera desde un principio, son en buena parte responsables de que se hayan logrado no solo alcanzar, sino superar los 700.000 euros necesarios para la operación en el Hospital Universitario de Standford, en Palo Alto, California, donde opera el único cirujano especialista del mundo que les daba garantías de éxito para la niña. Y la movilización es hizo contrarreloj, porque había que intervenir el corazón de la enferma antes de que llegase este verano, cuando cumple los cinco años. Después se reducía el porcentaje de éxito de manera notable. La modesta familia Chiva de la Hoz lleva ahora un diario en las redes sociales en el que van dando cuenta de todas las incidencias, de cada jornada en la vida de la pequeña. Cuando regresen, ya han anunciado que el dinero que no hayan necesitado se destinará a alguna asociación de manera altruista. Como gesto de agradecimiento a tanto como ellos han recibido. En una coyuntura tan necesitada de buenas noticias, el caso de Nayra pone luz y esperanza a otras familias con problemas similares.
Los abuelos porcunenses, y el alcalde Miguel Moreno que cogió la bandera desde un principio, son en buena parte responsables de que se hayan logrado no solo alcanzar, sino superar los 700.000 euros necesarios para la operación en el Hospital Universitario de Standford, en Palo Alto, California, donde opera el único cirujano especialista del mundo que les daba garantías de éxito para la niña. Y la movilización es hizo contrarreloj, porque había que intervenir el corazón de la enferma antes de que llegase este verano, cuando cumple los cinco años. Después se reducía el porcentaje de éxito de manera notable. La modesta familia Chiva de la Hoz lleva ahora un diario en las redes sociales en el que van dando cuenta de todas las incidencias, de cada jornada en la vida de la pequeña. Cuando regresen, ya han anunciado que el dinero que no hayan necesitado se destinará a alguna asociación de manera altruista. Como gesto de agradecimiento a tanto como ellos han recibido. En una coyuntura tan necesitada de buenas noticias, el caso de Nayra pone luz y esperanza a otras familias con problemas similares.