Marea amarilla
El domingo pudimos ver desde toda España una nueva marea humana que llenó las principales calles de Madrid, en un ambiente festivo y de reafirmación de derechos. En esta ocasión, sin embargo, se trataba de una gran movilización de la ONCE y gran parte del sector de la discapacidad, con la que la que se celebraba el 75 aniversario de la institución y se homenajeaba a la figura del vendedor del cupón.
Esta gran fiesta de la ONCE visualizó y puso en valor muchas cosas, pero sobre todo contagió ilusión, el principal valor que ha hecho posible hasta hoy que los ciegos y el resto de personas con discapacidad, desarrollen una vida digna con igualdad de oportunidades. En estos momentos, en los que los recortes y las amenazadas al estado del bienestar son permanentes, donde la prosperidad de la ciudadanía merma cada día, resulta oportuno poner en valor y apostar por modelos que funcionan como el modelo ONCE de acción social y de solidaridad. La ONCE y su Fundación son principalmente instituciones de solidaridad que nacen precisamente de esa voluntad del colectivo de salir de la marginación y la exclusión, superar el asistencialismo de la beneficencia y apostar por la inclusión y la igualdad de oportunidades en el acceso a la educación, la cultura y el empleo, en definitiva a una vida plena y digna. No hay manera mejor de salir del “agujero negro” que provoca una discapacidad severa como es la ceguera que a través de la inclusión, no sin grandes dosis de esfuerzo y superación personal. Con ese objetivo surgió la comercialización de los primeros “iguales” a principios de siglo y más tarde en 1939 el primer sorteo del cupón, hasta llegar a los productos de juego actuales con los que además de dar empleo a casi 20.000 vendedores, se financian los programas y ayudas a la inclusión de las personas ciegas y con discapacidad. La ONCE cuenta hoy con más de 57.000 personas trabajando, la gran mayoría con discapacidad, y paralelamente hace posible entre otras cosas la educación, y la atención social de miles de personas con discapacidad en nuestro país. La marcha del domingo era un claro ejemplo de unidad de acción, solidaridad y compromiso por seguir construyendo juntos un proyecto colectivo de ciudadanía, que permita seguir cumpliendo las ilusiones de millones de personas.
Isabel Martínez es Periodista