Marcos Leiva: “Dedico tiempo a cada pieza”
—¿Cómo realiza las réplicas de los castilletes de las minas?
—Las hago de hierro, de acero inoxidable, y, lo que es la maqueta, a escala para que guarde las proporciones. Hace unos diez años que las hacía pequeñitas para regalarlas a mis amigos y demás. No fue hasta que me jubilé cuando tengo más tiempo para dedicarle, cuando ya puedo hacerlas a escala.
—Las hago de hierro, de acero inoxidable, y, lo que es la maqueta, a escala para que guarde las proporciones. Hace unos diez años que las hacía pequeñitas para regalarlas a mis amigos y demás. No fue hasta que me jubilé cuando tengo más tiempo para dedicarle, cuando ya puedo hacerlas a escala.

—¿Qué cabrias son las que ha reproducido hasta el momento?
—Tengo la de Matacabras, que es la del pozo de San José, que se encuentra en la Avenida, y la del pozo de la Esmeralda. Pero no las hago para sacar dinero ni para ponerlas de exposición. Son piezas a las que he dedicado mucho tiempo, que dejaré para que las disfruten mis hijos.
—¿Cuánto tiempo le suele llevar cada una de las réplicas?
—La última que he terminado, que es la de Matacabras, me puse en noviembre o así, a ratos, porque esto son piezas muy pequeñitas y todo el trabajo es manual. Además, tengo que hacerlo relajado, porque si me pilla nervioso lo que hago es que estropeo el trabajo. Y, aunque sea una afición, no paro, por lo que ya esto dibujando nuevas escalas.
—El cante es otra de sus grandes pasiones, ¿no es así?
—Siempre me ha gustado mucho, sobre todo por tarantas, y de hecho tengo un primer premio nacional y 7 u 8 segundos. Desde chiquillo era una afición, cuando estaba con mi padre en las minas, y todavía sigo cantando cuando me llaman para cualquier acto benéfico. Ya no estoy en la carretera como antes, pero me vuelco en lo que pueda. Todo lo que sea un bien por los demás es bueno.