Manuel Gómez: “La afición a la escritura me viene desde niño”
—¿Cuál ha sido su oficio?
—A lo largo de mi vida he tenido varios. De hecho, escribí un relato corto que me premiaron, titulado “Oficios del hijo de un minero”. Antes, los niños, hijos de gente humilde, teníamos que trabajar. Empecé de zapatero. Luego nos trasladamos a Cataluña, donde trabajé en una panadería hasta que cumplí los 16 y unos paisanos me ofrecieron irme a su empresa de carrocería. Cuando volví a Linares, monté un taller para continuar con mi oficio, pero dos hernias de disco me obligaron a cerrarlo. Gracias al consejo de un amigo, decidí transformar el taller en una tienda de pollos asados, negocio en el que estado 25 años, hasta mi jubilación.
—¿Cuál ha sido su oficio?
—A lo largo de mi vida he tenido varios. De hecho, escribí un relato corto que me premiaron, titulado “Oficios del hijo de un minero”. Antes, los niños, hijos de gente humilde, teníamos que trabajar. Empecé de zapatero. Luego nos trasladamos a Cataluña, donde trabajé en una panadería hasta que cumplí los 16 y unos paisanos me ofrecieron irme a su empresa de carrocería. Cuando volví a Linares, monté un taller para continuar con mi oficio, pero dos hernias de disco me obligaron a cerrarlo. Gracias al consejo de un amigo, decidí transformar el taller en una tienda de pollos asados, negocio en el que estado 25 años, hasta mi jubilación.

—¿Cómo y cuándo nació su afición por la escritura?
—Desde niño me encantaba hacer la caligrafía e imitar las letras que hacía el maestro. Me gustaban los dictados y disfrutaba con los ejercicios de redacción. Ahí cogí una afición a la escritura que ya nunca dejé. Luego comencé a trabajar y no tuve mucho tiempo para escribir, hasta que hice la mili. Allí me compré unos libros de poetas contemporáneos y empecé a hacer mis primeros pinitos con los poemas. Eran un poco libres, porque no tenía los conocimientos necesarios sobre la métrica. Con los años acumulé un montón de escritos en mi mesita de noche y quise juntarlos todos. Pero el problema era que no tenía práctica para escribir por ordenador. Entonces me metí en una academia de informática y aprendí.
—¿Cuándo decide escribir y publicar su primer libro?
—En 2007, con “Corazón abierto al tiempo”. Un libro que mezcla la novela con lo biográfico. Acontecimientos y sucesos de la actualidad de otro país con mi vida personal y con los poemas que leía en ese tiempo. Y luego pensé en hacer otro recopilando todo lo que tengo en poesía, al que titulé “Poeta de pueblo”, porque escribo para todos los municipios de la provincia de Jaén.
—¿Qué recuerda en él de Linares?
—Son 406 páginas en poesía, entre las que hablo de las tarantas, de la feria de San Agustín, de sus toreros y sus artistas, entre otras muchas cosas. Luego, algunos poemas intenté transformarlos en canción, y cree un cancionero con tarantas, fandangos y varios pasodobles. Todos estos libros los tengo dados de alta y figuro como escritor, autor y editor.
—¿Ha tenido reconocimientos?
—La Consejería de Bienestar Social cada año patrocina un concurso o un certamen literario, en el que he participado varios años. Así, tengo un primer premio de poesía y de relato, un segundo de relato, varias menciones de honor y diplomas.