Manu Sánchez: "Mi reino por un puchero, va de buscarse la vida"
La ocasión la pintan calva. Manu Sánchez estrenó su obra de teatro en octubre de 2013 con un texto inicial que trataba de la emancipación de un rey, pero la abdicación del monarca español y la toma de posesión, hoy, de Felipe VI, son acontecimientos de tal calibre, que el actor y guionista no ha tenido más remedio que seguir el curso de la historia y adaptar la dramaturgia inicial a la nueva realidad. Y para rizar el rizo de una supuesta alineación astral, la representación tendrá lugar en el Teatro Infanta Leonor, cuya “titular”, hoy mismo, deja de ser infanta y pasará a ser Princesa de Asturias. El rey solo trata de un monarca que se encuentra ante un nuevo desafío, el de hacer frente a la corona que acaba de recibir. Manu Sánchez se pone en la piel del rey y afronta las incertidumbres de la etapa de transición y de sucesión, con el peso de los nuevos deberes reales y el vértigo de la historia que aún queda por escribir.
—¿Qué tipo de obra de teatro es El rey solo. Mi reino por un puchero?
—Es una obra de teatro de un solo actor. No es un monólogo, sino que hay mucho trabajo detrás de esta obra. Hemos hecho una puesta de largo sobre el escenario y es algo mucho más parecido al teatro que un monólogo.
—¿Qué tipo de obra de teatro es El rey solo. Mi reino por un puchero?
—Es una obra de teatro de un solo actor. No es un monólogo, sino que hay mucho trabajo detrás de esta obra. Hemos hecho una puesta de largo sobre el escenario y es algo mucho más parecido al teatro que un monólogo.

—¿Qué es lo que el público se va a encontrar en el Infanta Leonor?
—El rey solo está solo por dos motivos: Uno, que acaban de abdicar en él. Eso lo convierte en una obra con ciertos paralelismos con mi “colega” Felipe VI, que ya será Rey cuando representemos en Jaén. Estoy solo porque acaban de abdicar en mí y soy rey de mi propio reino y, también, porque cambian mis relaciones familiares. Por un lado está la independencia de cuando uno sale de casa y, por otro, lo duro que es tomar decisiones tanto del reino como del propio palacio.
—¿Qué tipo de puesta en escena hay para que la gente perciba que no es un monólogo?
—Gracias a la popularidad que da la tele y a que la gente nos conoce, tenemos la capacidad de llenar teatros. Eso nos hizo plantearnos hacer teatro. La gente encontrará una puesta en escena impresionante, con buenos momentos musicales.
—¿Qué opina de la coincidencia histórica con su estreno en Jaén?
—Vamos a tener el honor de estrenar en el “Princesa” Leonor. El destino ha querido que El rey solo sea la primera obra que se va a representar en el “Princesa Leonor”.
—¿Por qué lo de Mi reino por un puchero?
—Parafraseando “mi reino por un caballo”, cuando uno tiene que enfrentarse a la vida solo, todo lo que pide de libertad e independencia, al final, cuando uno se aleja de papá y mamá de vez en cuando hay que volver a pedirle un poquito de protección. Se aborda esa ambigüedad de monarca y de ser el rey de tu casa.
—Cuando se hizo el texto original que se estrenó en 2013 ¿se pensaba en el Rey Juan Carlos?
—En ningún momento la obra se refería al Rey Juan Carlos ni a Felipe. Es de un rey que acaba de recibir la corona. El texto sí tenía una pequeña parte que hablaba de la relación de mi casa real con otras casas reales, entre ellas la española, y esa parte es la que ha cambiado mucho, adaptándonos a la realidad de la monarquía española que antes era una y, ahora, está la abdicación, nominación, coronación, cambio de roles... Hemos tenido que adaptar el texto de esa parte. Lo estrenamos en el Teatro Villamarta de Jerez hace dos semanas y la semana pasada en Córdoba.
—¿Los acontecimientos dejan abiertas más modificaciones del texto?
—Como van tan rápidos, tendremos que estrenar otra parte nueva. Y probablemente mañana (hoy jueves) surjan anécdotas y con lo que ocurra tendremos que adaptar el texto para el domingo.
—En el programa de Canal Sur “La semana más larga”, en el espacio de la pizarra, era admirable su capacidad de hilar y de aportar datos para demostrar una tesis. ¿Cómo se trabaja un guión así?
—La pizarra era una de las piezas más importantes del programa y la que tenía más trabajo. Primero había que elegir el tema, que es una tarea complicada, porque hay que ver qué potencial tiene cada tema y por dónde enfocarlo. Después, hay una labor tremenda de documentación por parte del equipo de redacción. Hay que documentarse mucho. A no ser yo me equivoque, nunca ponemos en la pizarra ningún dato que no sea real. También tengo mucha memoria. Yo era el típico empollón de mi clase, pero también la hacía reír.
—¿Considera que hay un humor andaluz o el humor es algo universal?
—No hay un humor andaluz y otro serbocroata. Se puede hacer un humor en andaluz, pero sin ninguna connotación. Pero el humor no es algo fronterizo, sino que llega a todo el mundo.