Mandar y obedecer
Marcelo Rosado Rojas/Desde Ronda. Tanto mandar como obedecer son dos combinaciones importantes. Para obedecer tiene que haber quien mande y para mandar tiene que haber quien obedezca.
Evidentemente para mandar hay que saber y conocer lo que se manda, no todos saben mandar, en este caso el que manda tiene más responsabilidad y también tiene que saber obedecer. La obediencia no es ciega, es inteligente, bien por error o por ignorancia puede darse el caso de que el que obedece tenga que aclarar algo, con el debido respeto. A la Virgen, Nuestra señora, cuando le anuncian que va a tener un hijo por obra del Espíritu Santo ella no comprendía el mensaje y respondió: He aquí la esclava del señor, hágase en mí según tu palabra. No se puede decir que sí a todo, hay casos en que hay que decir que no, esto no ocurre normalmente pero puede suceder. Ahora con el aborto provocado sin necesidad quieren que los médicos que han estudiado para curar y salvar vidas se conviertan en matarifes, a esto hay que decir que no normalmente. Por eso es necesario obedecer inteligentemente, con razones, verdad, justicia y responsabilidad personal.