Mancha Real: Momentos para seguir sonriendo


Una de las suertes de cumplir años en verano es que se puede celebrar con un baño refrescante y contagiar el buen humor entre los asistentes. Algo así como una gran familia se encuentra nada más entrar en la piscina municipal de Mancha Real, donde, tras subir una pequeña colina de césped a través de un sendero, se atisba una gran afluencia de gente que, casualmente, celebra el cumpleaños de una niña. Esta es una de las premisas de los responsables de las instalaciones, quienes trabajan para que la amabilidad sea el primer servicio a quienes se acercan a combatir el calor.

07 ago 2014 / 22:00 H.


“Este año hay bastante afluencia, más que otros veranos”, asegura Antonio Jesús Angulo Polo, el socorrista, quien también imparte clases de pilates, dos días a la semana (martes y jueves, desde las 19:00 hasta las 20:00 horas), a mujeres, con gran éxito en la asistencia. “Son ejercicios para mejorar la circulación de la sangre o las cervicales”, prosigue, como otra de las actividades que ayudan a que la forma física se mantenga entre personas de mediana y mayor edad. Los jóvenes, por otro lado, disponen de una pista de fútbol sala y tenis a disposición de quien la solicite, y los más pequeños son los destinatarios para aprender a defenderse en del agua con los cursos de natación, por la mañana.
Aunque también proponen una peculiaridad respecto al resto de la provincia: Existe la posibilidad de hacer barbacoas, siempre y cuando se traiga “de casa” la parrilla para cocinar, en el recinto. Poder almorzar, rodeado de amigos y familiares, es otra de las alternativas que pretenden fomentar la afluencia a las instalaciones. “Sobre todo, son los miércoles y los fines de semana los días en los que más gente viene, mucha desde la capital”, asevera Manuel Gómez Quesada, otro de los encargados de este emplazamiento, que también dispone de una piscina de pequeñas dimensiones para los bebés que empiezan a familiarizarse con el agua.
A lo largo del periodo estival hay tres días que sobresalen por encima del resto, pues se organizan jornadas con colchonetas hinchables y otros divertimientos para entretenerse, pese a las altas temperaturas. Aproximadamente, una vez cada dos semanas se acude a este tipo de alternativas con el fin de romper la monotonía de los días calurosos. Para finalizar el verano, el último día, antes del cierre, se celebra una fiesta de la espuma para despedirse con risas y alegría.