Mancha Real.- Jornadas de diversión y devoción

Ildefonso Ruiz/Mancha Real
La ciudad, entre la feria y la romería, se vistió durante siete días de gala. El clásico espectáculo de fuegos artificiales cerró unas jornadas de diversión, alegría y fiesta que movilizaron a miles de personas del municipio de Mancha Real  y llegadas de fuera de él.

    10 oct 2011 / 09:23 H.

    El mes de octubre comenzó con el colorido de las carrozas y los caballos en la romería de la Virgen del Rosario, una celebración que ya se está consolidada y que representa el comienzo oficioso de la feria. A lo largo de toda la semana pasada, los actos lúdicos se entrelazaron con los religiosos   alrededor de la patrona, la Virgen del Rosario, verdadera protagonista de estas jornadas.
    Si bien el lunes y el martes fueron los únicos días de descanso, que enlazaban las dos celebraciones, el miércoles una gran traca seguida de un alegre y divertido pasacalles daba la salida oficial a la feria. En ella, las casetas de juventud llenaron de gente la Avenida San Juan de la Cruz todas las tardes y noches, especialmente el viernes y el sábado. Por su parte, en la zona alta del recinto las familias y grupos de amigos se reunían a celebrar la tradicional “liguera”, con cerveza, vino, jamón, flamenquines o las típicas migas y la paella, entre otras viandas. Un buen ambiente que también se vivió en la Caseta Municipal y el Pabellón de Conciertos. En la primera, los bailes de verbena, con ritmos de cumbia, salsa, pasodoble y bolero, impregnaron cada velada, donde cientos de parejas gozaron al compás de las orquestas. El Pabellón de Conciertos vibró con la actuación de los incombustibles Apache, un grupo que atraviesa una verdadera segunda juventud, con un reconocimiento y prestigio nacional tras más de treinta años sobre los escenarios.
    Por su parte, los jerezanos Los Delinqüentes” trajeron hasta Mancha Real una propuesta de “rock” andaluz, fresco y “canalla”, en una apuesta de la Concejalía de Festejos, que este año, por primera vez, convocó a los vecinos  para elaborar un programa de fiestas consensuado con ellos.
    Los actos religiosos giraron en torno a la ofrenda floral a la patrona, la fiesta de estatutos de la cofradía y la “monidura”, que precedía a la procesión de la Virgen del Rosario. Cientos de fieles mostraron su devoción en cada una de las citas con la venerada imagen mancharrealeña.