Maestros sí, por vocación
En los colegios, por sistema, se enseña a los niños conceptos de Matemáticas o de Lengua, de asignaturas que les servirán para aprender en el sentido estricto de la palabra aprender, pero todavía falta mucho para aprender en el sentido más amplio.
El maestro tiene en su mano, sobre todo a edades tempranas, la enorme responsabilidad de moldear el pensamiento de sus niños y niñas, en un momento de la vida en el que son verdaderas esponjas y a menudo pasan más horas con su profe que con sus propios padres. Me parece fundamental que igual que para otras profesiones se realizan test psicotécnicos para ver la idoneidad del candidato, en Magisterio sería interesante establecer un sistema similar para garantizar que quien instruye a los alumnos es alguien realmente preparado para esa tarea formadora tan fundamental. Se trata de enseñar, pero también de preparar a personas, a quienes el día de mañana llevarán las riendas de la sociedad. Ese es el gran reto que tiene ahora el sistema educativo y creo que la tan polémica ley Wert no responde a las expectativas. Hay que cambiar, pero cambiar para bien. Para más de lo mismo, mejor quedarnos quietos. Sería responsable y de altura política ser capaces de dar marcha atrás y dejar la ley encima de la mesa, parada, hasta que se pueda alcanzar el consenso necesario. Porque si hay consenso será muestra de que funcionará, de que será la mejor ley posible. Con la educación no debería jugarse.
Luis Gómez / Jaén