"Macrobote-yó"

Qué prehistórica resulta aquella tan sigilosa forma de celebrar la llegada de esta estación: “la primavera ha venido, nadie sabe cómo ha sido”. Tan silencioso su asomo, que la ropa se aligeraba insinuante, los sexos se imantaban a escondidas, se encendían los piropos con respuestas a dos velas, los poemas se desgranaban a verso partido y, como mucho, era el aroma de las plantas el que provocaba desmayos de languidez romántica. Si algo rompía el silencio era el encanado jolgorio de los pájaros, los agónicos sones semanasanteros o la estentórea repetición de los estornudos. En estos nuevos tiempos, tan “twitermente whapsapeados”, lo anterior sería propio de frikis y carrozones. Ahora llega la primavera y una romería de macrobotellones la esperan compitiendo en desmesuras y estridencias: ritmos de machacamartillo, brillos de litronas, espesura de espermas, orines y vómitos, alfombras de basura. Hoy le toca a Jaén: feliz celebración y que la consciencia sea capaz de mantenerse en pie para gozar de la felicidad compartida y respetar las mínimas pautas de urbanidad, urbana.

    09 abr 2014 / 22:00 H.