Lupión rescata del olvido a la cantante Amalia Ramírez

Nuria López Priego/Jaén
Exhibió su extraordinaria voz de tiple en los mejores teatros de Europa y hasta cruzó el Atlántico para encandilar a los habaneros de Cuba. Fue Amalia Ramírez, un nombre que está pirograbado en la historia de la zarzuela del siglo XIX. Tras decenios de olvido, Lupión desempolva su recuerdo al bautizar el Centro de Usos Múltiples con su nombre.

    16 dic 2010 / 11:30 H.

    “El 23 de mayo de 1834, a las diez de la mañana, nació, en Lupión, una de las más prestigiosas tiples que han pisado los escenarios y, si hemos de atenernos a las crónicas de la época, ‘la mejor entre las mejores de su cuerda”. Era Amalia Ramírez del Campo. Una de las más excelsas cantantes de zarzuela que dio el siglo XIX. Con su voz “angelical” y su extraordinaria belleza, deslumbró y entusiasmó al público español, europeo y hasta americano de la época. Actuó en los mejores escenarios, desde el Teatro Lírico Español y el Real, de Madrid, hasta el de La Ópera, de París; el San Carlos, de Nápoles, y el Teatro Tacón, de La Habana (Cuba). Según las crónicas de la época, fue la “tiple española más aplaudida”, pero, en su tierra natal, sus paisanos no lo supieron hasta hace “seis o siete” años.
    El diccionario Espasa tuvo la culpa. Una reseña sobre la cantante reveló sus orígenes lupioneros a la bibliotecaria local, Florentina García, que, imbuida, entonces, en desentrañar el árbol genealógico de sus conciudadanos, tiró del hilo y halló la partida de nacimiento de Amalia Ramírez. Cuenta que el proceso de investigación no fue fácil, pero, “hace dos años”, todo comenzó a fluir “cuando, en la Hemeroteca Nacional, digitalizaron muchas revistas —“La Discusión”, “El Heraldo de Madrid”, “La Época”— y el diario ‘Abc”. En ellos, Florentina García encontró el material que constataba la celebridad de la cantante lupionera. “Fue famosísima —dice—. Pero, claro, como entonces no se había inventado el registro sonoro, no se conoce su trabajo. Solo los autores de las letras y la música”.
    Amalia Ramírez dejó Lupión con “7 u 8 años”. Su padre, comandante de Infantería y también natural del municipio, estaba sometido a “continuos traslados” por su profesión. Después de una dilatada carrera musical, ella falleció el 25 de febrero de 1918 en Madrid. Tenía 84 años. Pero no murió del todo. Su recuerdo resucitará, el próximo lunes, en Lupión, donde, gracias a una moción conjunta del PP, el PSOE e IU, el Edificio de Usos Múltiples quedará bautizado con su nombre.