Lupión.-Diversión familiar hasta el amanecer
No cabe un alma en la Plaza del Ayuntamiento de Lupión. El último día de las Fiestas de Nuestra Señora de Lorite está lleno de rostros conocidos. Son familias y grupos de amigos del pueblo que quieren despedir cuatro días intensos de ocio y de diversión como se merece. La despedida de las fiestas es para los lupeños.

Las mesas instaladas en la plaza comienzan a poblarse pasadas las diez de la noche. Todo invita a pensar que será una gran velada. Y así es. Conforme se adentra la madrugada, el ambiente crece, gracias, en gran medida, al ritmo y a la energía que impone la Orquesta Zodiako, que, desde hace de una década, se encarga de poner el broche de oro a las fiestas. El Ayuntamiento aprovecha para entregar los trofeos a los ganadores de los torneos deportivos y de los concursos gastronómicos y a repartir, pasadas las cuatro y media de la madrugada, mil “tortas a la calda”, un pan típico del pueblo que elabora la panadería de “El Moreno”, generación tras generación, y se empapan en aceite de oliva, acompañadas de tomate, jamón y morcilla, entre otros productos, y se riegan con vino. Toda una tradición que pasa de padres a hijos y de la que se sienten especialmente orgullosos en Lupión.
Atrás quedan cuatro intensas jornadas repletas de alegría y de propuestas que seducen por igual a niños y mayores. Unos y otros encuentran en la programación de festejos espacios que les permiten celebrar por todo lo alto Nuestra Señora de Lorite, cuyas fiestas se vivían tradicionalmente en septiembre, pero que se cambiaron a agosto para que las pudieran disfrutar los lupeños que emigran a la vendimia francesa. “No puedo estar más satisfecho con las fiestas y con la implicación de todos los vecinos”, dice con orgullo el alcalde, Gonzalo Manuel Rus. La satisfacción del regidor no es para menos. Desde que comienzan hasta que acaban, la participación de los lugareños y de los forasteros es total, como se pudo comprobar en los concursos gastronómicos, en las competiciones deportivas y en las verbenas, sobre todo del viernes y del sábado. “No se podía andar por la plaza. Vino gente de todos los pueblos del alrededor y se lo pasaron en grande junto con nosotros”, señala Gonzalo Manuel Rus, quien destaca, acto seguido, la ausencia de incidentes.
El Ayuntamiento corre con todos los gastos en la organización de las actividades y echa una mano en todo lo puede para que los vecinos se olviden de los problemas del día a día y se distraigan desde el jueves hasta el domingo.