Lugar de paz, libertad y solidaridad
La Fundación Banco de Alimentos, la Asociación de la Prensa y la Universidad de Jaén engrosan ya la nómina de honor de aquellas personas y entidades que se han distinguido por la eficacia en su labor, su interés por el servicio al ciudadano y su defensa de los valores constitucionales. El Gobierno ayer reconoció sus méritos en el trigésimo séptimo aniversario de la Carta Magna. Representantes de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial y responsables de las Administraciones central, autonómica y local se reunieron en el Salón del Trono de la Subdelegación para tributar un aplauso colectivo a estas tres instituciones señeras en la provincia.
No en vano, más de 40.000 personas necesitadas encontraron el año pasado el amparo y el aliento gracias a la ejemplar labor en la promoción de la solidaridad que realiza el Banco de Alimentos. Su presidente, Diego Valero, compartió el galardón con los cientos de voluntarios que tiene la institución y pidió ayuda para seguir dando “consuelo, esperanza y dignidad” a los más vulnerables. La Subdelegación también quiso reconocer los méritos de la Asociación de la Prensa en su defensa de la libertad de información y de expresión que tienen los ciudadanos. El universal derecho a la enseñanza y a la formación recogida en la Carta Magna del 78 tiene su reflejo en la UJA, por cuyas aulas pasan anualmente unos 15.000 alumnos. Su rector, Juan Gómez, destacó especialmente el valor de “la libertad académica”, que engloba la cátedra, la investigación y el estudio, para satisfacer la necesidad de conocimiento que tiene la sociedad jiennense.
Las tres instituciones distinguidas por la Subdelegación representan algunos de los pilares fundamentales recogidos en la Constitución. Así lo destacó el subdelegado del Gobierno, Juan Lillo, en su discurso institucional. “Es un formidable punto de encuentro entre las distintas generaciones y un espacio de paz, libertad, diversidad y solidaridad”, dijo.
El representante del Ejecutivo en la provincia recordó que la Carta Magna no solo fue el punto de partida de la Democracia en España, sino que también fue el resultado de un “ejemplar consenso” muy difícil de alcanzar entre todas las fuerzas políticas. En este sentido, Lillo invitó a evocar ese espíritu de diálogo y de entendimiento “fruto de un enorme esfuerzo colectivo”: “Triunfamos y debemos sentirnos orgullosos de ello, porque se realizaron renuncias políticas y personales para encontrar ese gran denominador común que se llama convivencia y libertad”, concluyó.