Lourdes Molina toma posesión como presidenta de la Audiencia de Almería
María Lourdes Molina Romero ha tomado hoy posesión del cargo de presidenta de la Audiencia de Almería en un acto celebrado en el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía en el que ha comprometido sus esfuerzos por una justicia "cercana, transparente y eficaz" y ha reivindicado mejoras en el sistema.
Durante el acto, presidido por el presidente del TSJA, Augusto Méndez de Lugo, y al que ha asistido Begoña Álvarez, consejera de Justicia, Molina ha considerado que la justicia necesita "modificaciones urgentes" e inversiones de la administración pública porque soporta carencias que, aunque "se van superando en los últimos años con el compromiso político", aún se mantienen.
Molina, que es la primera mujer que preside la Audiencia provincial de Almería, ha dicho que la administración de la justicia "no puede estar sujeta a improvisaciones y voluntarismos vanos, que jamás resultan eficaces", sino que requiere de modificaciones e inversiones. En el acto también ha intervenido Inmaculada Montalbán, vocal territorial del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), para quien en los últimos tiempos se ha iniciado "el camino de la modernización de la justicia".
Discurso íntegro de la toma de posesión de Lourdes Molina
Discurso íntegro de la toma de posesión de Lourdes Molina
Excelentísimos e Ilustrísimos señores, compañeros de la Judicatura que hoy os encontráis aquí a título personal o en representación institucional; compañeros que habéis tenido la deferencia de desplazaros desde Almería para acompañarnos en este acto; amigos y familia.
Marco Tulio Cicerón dijo en su tiempo, acerca de la amistad, que “la adversidad compartida es más llevadera mientras que compartir las satisfacciones ilumina y agranda los sentimientos de quienes las comparten”.
Deseo dejar constancia del sentimiento que hoy tengo en uno de los momentos más importantes de mi vida profesional y la cálida cercanía que he percibido de tantas personas, instituciones, familiares y amigos que me han acompañado en esta larga trayectoria no exenta de dificultades e, incluso, de arañazos. Arañazos que, por cierto, he conseguido borrar de mis sentimientos gracias a vosotros que, con vuestra confianza y aliento, me habéis ayudado en el camino.
Mi compromiso siempre ha sido la Justicia entendida como un derecho de los ciudadanos, que no puede ni debe comulgar con la impunidad ni con la indefensión, sino con las personas, su igualdad y, ante todo, su dignidad.
Este compromiso deseo trasladarlo en la teoría y en la práctica a la provincia de Almería, que ya siento como mi propia tierra, como tarjeta de identidad. A eso aspiro y en ello confío.
La profesión de juez no es una profesión cómoda. Pero no es igual vivirla en solitario que arropada por confianza y solidaridad: la Justicia, además de un valor y un principio, es un servicio y, para ello, necesita de muchos que colaboren y de una transparencia real y efectiva que nadie empañe.
Me gustaría, para comenzar, expresar mi reconocimiento al Consejo General del Poder Judicial, que depositó su confianza en mi quehacer jurídico. Este agradecimiento ha de ser extensivo a las instituciones y a cuantas personas ligadas al mundo de las leyes me han alentado y empujado a emprender este nuevo camino. Y peso a que no ignoro los riesgos que conlleva citar nombres, los asumiré, aun no disponiendo de espacio ni tiempo para reflejar un listado que resultaría interminable.
De entrada recordaré a dos ilustres magistrados de la Audiencia Provincial de Jaén, que me tendieron la mano en los primeros pasos de esta profesión y que, además de conocer el Derecho en profundidad, me transmitieron sus valores personales para poder aplicarlo. Me refiero a D. Juan Ruiz Rico y D. Luis García Valdecasas, mis maestros en los primeros balbuceos profesionales. Desgraciadamente, ya no están entre nosotros.
Mi reconocimiento también a otros juristas y amigos como Inmaculada Montalbán, a quien agradezco profundamente su presencia e intervención en este acto. Durante todos estos años me has ayudado y apoyado en todos mis proyectos y en último extremo, en el Consejo General del Poder Judicial, has sido la principal impulsora de este proyecto profesional que ahora se inicia. Gracias, Inmaculada.
Al magistrado Juan Luis Rascón, que temporalmente ha cambiado su responsabilidad de aplicar las leyes por la de elaborarlas en su escaño del Congreso de los Diputados. Tú me diste la ilusión para trasladarme a mi nuevo hogar en Almería. En eso coincidiste con Benito Gálvez, magistrado del Tribunal Supremo, que hoy también nos acompaña, y que me ha transmitido muchos ánimos para el nuevo destino, exaltando los valores de la tierra en los que ha desempeñado durante mucho tiempo su labor profesional.
Al fiscal jefe de la Audiencia de Jaén, José María Casado, mi sabio y cordial preparador, mi mentor y, sobre todo, mi compañero y amigo que hoy no puede estar presente porque está pendiente de su próximo nombramiento en la reunión del Consejo Fiscal. Y a ti, Lali, secretaria de nuestra Sección Tercera, mi entrañable y eficiente amiga que, durante veinte años, tanta paciencia y atención me has dispensado en cada momento.
Y a mis compañeros del a Audiencia Provincial de Jaén, que, a lo largo de estos años, se han convertido en amigos y han compartido mis tareas profesionales y mis ilusiones y proyectos. Gracias Elena, Pío, Pepe Requena, María Jesús, Esperanza, Jesús, Pepe Cáliz, Rafael y José Antonio. También a Reyes, cómo no, que me conoce desde que llegué a la Sala, cuando todos los compañeros me llamaban me llamaban “La Niña” y él siempre me recibía por las mañanas con la mejor de sus sonrisas. También a Juan de Dios, que se incorporó más tarde a la lista de amigos y compañeros. Gracias a todos.
También a todos los funcionarios con los que he trabajo, en particular las de las Secciones Primera y Tercera. En esta última han colaborado conmigo durante los últimos 8 años y conservaré de ellos un recuerdo muy especial.
No puedo dejar de mencionar a los funcionarios y secretarios con los que trabajé en mis primeros destinos, Puente Genil, allá por el año 1987, y Jaén, a partir de 1989.
Repito que la lista interminable. Pero no es bueno ni justo abusar de vuestra paciencia.
En estos momentos, señoras y señores, amigos, permitidme dedicar un espacio a mis afectos y reconocimientos personales y familiares.
El mejor de los recuerdos es para mis padres que ya no están pero siempre confiaron en mí, y siendo personas sencillas y trabajadoras, me conculcaron los más sólidos principios de respeto, amor al trabajo y a la Justicia y solidaridad con las personas.
A mis hermanas, cuñados y sobrinos aquí presentes: Pepa, Antonia, Dolores, que siempre estáis y habéis creído en mí. Me habéis hecho como soy y os lo agradeceré siempre. A todas, mi mejor abrazo.
A Beas de Segura, mi pueblo, lugar donde nací, crecí y me eduqué para la vida. Mis raíces serranas me han forjado el carácter ya allá donde me encuentre siempre tengo un pensamiento especial para la Sierra de Segura, mi tierra, mis orígenes, mi caminar, mi vida.
Y a mi entrañable profesor Antonio Pelayo, al que ahora tendré más cerca en Almería y que jamás me permitió arrojar la toalla en los años difíciles de la adolescencia. Gracias, maestro.
Aunque creo que debo abreviar debo renovar mi recuerdo vivo a María Dolores, mi amiga de la infancia, de bachillerato, de Granada, de Beas, de la vida. Y Juani, Paca, Milagros, Aurora, Honorato, Manolo, Edelmiro, Aurelia… qué suerte de amistades que ha hado la vida.
Todos vosotros representáis el tiempo que he vivido en Jaén. Llegué siendo casi una niña, recién casada, y estudiante de Derecho. Entre vosotros se han forjado todos mis proyectos personales y profesionales. Sois testigos de mi vida y habéis compartido conmigo todos los momentos. Siempre he dicho que lo mejor de Jaén era su gente y ahora lo reitero porque mis mejores amigos son de esta tierra que me acogió con una gran generosidad desde el principio y de la que ahora no me voy del todo. Viajo ligera de equipaje y con mis gratos recuerdos de Jaén, mar de olivos, a Almería, mar Mediterráneo.
Tierra luminosa, bañada por el mar, emprendedora. Rica tierra de contrastes entre montañas. Paisajes de fuerte personalidad que tanto impresionan al visitante.
Nos dice Joan Manuel Serrat que “hoy puede ser un gran día para ti”. Yo lo reitero y con todas mis emociones sé que hoy es un gran día para mí.
A los amigos de Almería, a los compañeros de la Audiencia, al conjunto de jueces de la provincia, al Colegio de Abogados y de Procuradores, a toda la ciudadanía almeriense. A todos os pido vuestra colaboración y que me consideréis ya uno de los vuestros. Ayudadme en esta apasionante tarea al servicio de la igualdad y dignidad de las personas.
Estaré siempre abierta al encuentro, al diálogo, al consenso. Busco una Justicia cercana, transparente y eficaz.
Por ello, quiero hacer una llamada a los medios de comunicación: mis puertas estarán abiertas a vosotros. Es necesario que exista una relación fluida entre los Juzgados y Tribunales y la opinión pública para conseguir un mayor acercamiento de la Justicia a los ciudadanos.
Permitidme que ya me considere ciudadana de Almería con el convencimiento de que si habéis sido capaces de convertir en oasis esta dura tierra de belleza espectacular no váis a negarme la colaboración y el respeto a las leyes y los derechos humanos. Yo os aseguro que dedicaré todos mis esfuerzos a tan noble causa porque la administración de la Justicia no puede estar sujeta a improvisación alguna o a voluntarismos vanos que jamás resultan eficaces.
Antes de acabar permítanme que exponga un apartado crítico y reivindicativo. El aparato responsable de la Administración de Justicia no termina de adecuarse y dotarse a los nuevos tiempos. Aún queda mucho por hacer con los medios personales, sedes instalaciones, incluso nuevas tecnologías apropiadas a nuestras tareas que nos permitan agilizar los procedimientos con las máximas garantías para los ciudadanos. Indudablemente, la calidad de los servicios en la Administración de Justicia no es cuestión de voluntarismos: la dedicación, tanto de jueces como de personal, necesita de modificaciones urgentes y de inversiones acordes con sus objetivos.
La situación actual soporta grandes déficits que, aunque en los últimos años se vienen superando con el compromiso de los poderes públicos, no responden aún a un proyecto global adecuado a los tiempos del siglo XXI.
Mi intención es comprobar de primera mano la realidad y posibles carencias tanto de la Audiencia de Almería como de los distintos juzgados de la provincia con el fin de abordar las soluciones necesarias para conseguir el funcionamiento más eficaz de todos los órganos judiciales.
No les quepa la menor duda de que, desde el principio, quiero escuchar y tomar nota de todas las demandas y carencias existentes para exigir después a las administraciones mejoras y más adecuadas medidas y dotaciones. Es necesario que el ciudadano tenga a su servicio una Administración de Justicia ágil y adecuada a sus necesidades actuales.
Conozco las dificultades económicas en estos tiempos de crisis. Pero también hay que reconocer la apuesta que los poderes públicos están haciendo para conseguir todos los objetivos a los que me he referido.
Para acabar, como no quiero abusar de vuestra atención me despido de vosotros con una cita de Mario Benedetti: “Los discursos son siempre vacíos y tomarán la forma del sentimiento y del compromiso que los llene”.
Muchas gracias.
Lourdes Molina Romero