Los Villares se saca la espina
Los Villares CF se sacó la espina de la final perdida en 2012 y se proclamó campeón de la Copa del Subdelegado por vez primera en su historia al doblegar por dos a cero al Mengíbar en la final disputada en el Estadio San Roque de Arjonilla. El equipo rojillo justificó su condición de favorito y levantó el ansiado título gracias a los goles de Alberto, en la primera parte, y Carrillo, a cuatro minutos del final de un intenso partido que enfrentó a dos de los conjuntos que partían como serios candidatos al triunfo en la 68 edición del torneo.

Los Villares inscribió su nombre en el palmarés de la competición y puso el lazo a un curso histórico, en el que ha conservado la categoría en su temporada de estreno en Tercera y ha añadido a sus vitrinas el título que perseguía desde hace años. El cuadro villariego se resarció de la derrota de hace dos años ante el Villacarrillo y tiró de puntería para reducir al Mengíbar, otro equipo que aspiraba a poner la guinda a una campaña inolvidable por su ascenso a Primera Andaluza.
Tuvo el campeón una buena puesta en escena. Carrillo avisó con un disparo ajustado al poste al que Manolo respondió con una estirada providencial. Los Villares controlaba el ritmo ante un Mengíbar sin apenas fisuras. La grieta se abrió en el minuto 22. Una falta lateral lanzada por Mutiu llegó tras una serie de rechaces a los pies de Alberto, que fusiló a la red en el interior del área pequeña. El tanto dio más energía a Los Villares, que realizó sus mejores minutos del partido. Movió el esférico en la medular y amagó con hacer el segundo tanto. A partir del minuto 35, el equipo de Félix Vilches se desperezó e inquietó al rival con balones aéreos y acciones de estrategia. Petete, un candado bajo palos, abortó dos ocasiones y permitió a su equipo enfilar el camino a los vestuarios con ventaja.
El guion de la segunda parte dio un giro. Salió con brío el Mengíbar, mientras que Los Villares replegó líneas a la espera de un contraataque decisivo. La oportunidad más clara de los verdiblancos llegó en el minuto 72, pero el colegiado anuló el tanto de Beto por fuera de juego. Con el Mengíbar volcado en ataque, Carrillo finiquitó el duelo en un acción de vértigo. El delantero recibió un pase en profundidad, encaró al meta en solitario y salió favorecido del rechace para marcar a puerta vacía. Ahí murió la final. Los Villares levantó al cielo su primera Copa del Subdelegado y se arrancó la dolorosa espina de 2012.